Viajando
miles de años en el tiempo, nos encontraríamos con una civilización que presentaría
grandes adelantos tecnológicos, conocimientos astronómicos, hasta literarios.
Muchos los llaman “Atlantes” quienes desaparecieron de la faz de la tierra así como llegaron, en un completo misterio.
En el año 9792 AC según varias teorías expuestas, se produjo un desplazamiento en la corteza terrestre, que fue acompañado por grandes inundaciones, ¿el diluvio?, haciendo desaparecer a la gran civilización bajo el poder de la naturaleza.
Si los cálculos son precisos, debido al cambio de los polos, se encontraría actualmente enterrada bajo el Polo Sur.
La gran diferencia que encontramos con el año 9792 AC, es la poca prevención, y lo descreída que se encuentra la humanidad, confiando en los grandes cerebros que puedan ayudarnos a subsistir a una catástrofe esta magnitud.
Y a las pruebas nos podemos remitir, después de ver como en pleno siglo XXI, si falla una pieza del dómino, automáticamente una tras otra van cayendo las piezas y se nos desmorona todo lo demás.
El cometido Maya era prevenir el próximo cataclismo a ocurrir en 2012, conservando la información de todo lo sucedido, las pruebas astronómicas, el desciframiento de los códigos ocultos y todos sus conocimientos.
En Egipto existe un complejo subterráneo, que Herodoto llamó "El gran laberinto", que contenía más de tres mil cámaras.
La siguiente descripción se cita en sus libros.
"Yo he estado allí y és, más allá de toda descripción.
Si usted ha hecho un estudio de todas las murallas de la ciudad y los edificios públicos en Grecia, verían que todos juntos no requiere tanto esfuerzo o dinero como este laberinto.
Las pirámides son inmensas y todos y cada uno de ellos es igual a muchos de nuestros edificios griegos, pero no pueden soportar la comparación con el Laberinto"
Según Herodoto allí se encuentran los datos correctos con los cuales los egipcios y los Atlantes hicieron sus predicciones de este cataclismo en todo el mundo.
Y, a partir de aqui haré o heremos aportaciones pequeñas para una mejor comprensión.
Vivimos en un mundo donde desgraciadamente se menosprecia el auténtico conocimiento del pasado, exponiendo que nuestra cultura y nuestra ciencia están constantemente en plena evolución, y que descendemos de hombres primitivos.
Pero las evidencias de objetos fuera de su tiempo y lugar, más ciertos restos arqueológicos encontrados (sobre todo megalíticos), no cuadran en absoluto con una civilización prehistórica y en evolución.
Es absurdo y hasta ingenuo creer que nuestros primitivos antepasados se dedicaban a construir con grandes bloques de enormes pesos (desde cientos de kilos hasta cientos de toneladas), ciertas construcciones que, si bien se enmarcan dentro de lo puramente religioso o astronómico, quedan un tanto fuera de lugar precisamente por su peso y volumen, así como por su extraña arquitectura.
Si algo caracterizó a la supuesta época prehistórica fue la supervivencia, y creemos poder asegurar que en una situación de falta de recursos en la alimentación, no sería muy lógico dedicarse a la construcción de semejantes templos, que por otra parte requieren de grandes conocimientos para su realización, así como de poseer medios más avanzados (que los que se supone por entonces tenían) para su construcción.
Es absurdo estar pensando constantemente que estos hombres primitivos perdían su tiempo y esfuerzo en arrastrar semejantes piedras sobre rodillos de madera. O intentar alzar con poleas y cuerdas, y todo ello simplemente para realizar un calendario agrícola, un lugar ceremonial o un calendario astronómico, o también como centro funerario.
Y si así lo hicieron, se demuestra sin lugar a dudas que ellos tuvieron altos conocimientos, y que probablemente ésta forma de construcción, así como otros de los muchos conocimientos que poseían, fueron el legado de otras culturas más antiguas.
Así se refleja, a través de sus leyendas y sus mitos, que dichas culturas habrían huido o desaparecido, bien por grandes cataclismos, o incluso algunas por grandes guerras que acaecieron en la antigüedad.
Y si no, amigo lector, constate usted mismo los pueblos indígenas que fueron descubiertos en los últimos siglos, que siendo ignorados por nosotros, vivían en una supuesta época primitiva, dedicándose principalmente a la alimentación y a lo puramente básico, con una excepción: la coquetería personal, la danza y lo puramente religioso; que era en síntesis la base de su cultura.
Que sepamos, salvo excepciones, éstas personas construían normalmente sus casas con elementos naturales y prácticos (madera, paja, ramas de árboles, adobe, huesos de grandes dimensiones, piedras de pequeño tamaño, pieles, etc.), y su vida era y es todavía para algunos muy práctica, y no se dedican absolutamente para nada a levantar y confeccionar grandes bloques de muchas toneladas y transportarlos a lugares lejanos.
Por lo que con ello se evidencia claramente que los pueblos que construyeron dólmenes, túmulos de grandes dimensiones, templos megalíticos, taulas, talayots, nuragas, alineaciones y círculos megalíticos, etc., debieron poseer grandes conocimientos y necesidades distintas a las de la simple supervivencia.
Menospreciar nuestro pasado e ignorar lo que realmente pudo haber sucedido es involucionar en un futuro, pues si no somos capaces de aprender de los errores del pasado, nunca nuestra sociedad puede avanzar con equilibrio, y la muestra de ello es que nuestra cultura está en completa decadencia.
Es actualmente una sociedad sin valores y con una clara pérdida de identidad, rodeada de un inmenso supuesto "conocimiento" e informaciones de todo tipo que lejos de aclarar, muchas veces confunden mucho más.
Desgraciadamente estamos inmersos en un mundo de innumerables intereses ocultos que mueven la humanidad a su antojo, sobre todo en la cultura, la cual es la base de toda civilización, ya que no hay que olvidar que "conocimiento es poder", y que quien tiene este poder puede hacernos hacer ver lo que quiera a través de sus innumerables tentáculos.
Siempre digo que lo más importante es seguir el instinto propio y no dejarse llevar por lo que piensa la mayoría, pues a veces ésta mayoría puede estar muy equivocada en sus conclusiones, sobre todo cuando los intereses ocultos la mueven a su antojo.
Muy probablemente el mundo megalítico no es una evolución de la Prehistoria, sino que la Prehistoria es una decadencia del mundo megalítico, motivado por razones desconocidas.
Al igual que, probablemente, las construcciones piramidales no evolucionaron como dicen muchos autores, sino que fueron monumentos únicos en su género y construidos directamente sin pasar por fases evolutivas (hago referencia a las más conocidas del mundo, como las de Gizeh), y en un intento de imitación podemos observar atónitos como la mayoría de las pirámides del antiguo Egipto y Sudán están en estados deplorables, (cuando las de Gizéh se encuentran en un estado de excelente conservación, además de poseer perfección en su construcción, y ser de un impresionante tamaño), habiendo además distintos tipos de pirámides, (mastabas, escalonadas, acodadas e incluso unas pequeñas a las cuales se denomina pirámides puntiagudas, que son de más fácil construcción), en las que se ve claramente un intento de imitación que para desgracia del pueblo egipcio no dio los resultados que deseaban.
Probablemente el pueblo egipcio que nosotros conocemos, nunca construyó las grandes pirámides, sino que las encontró en su lugar de origen, e intentó imitar lo que pudo.
Pero pirámides no hay sólo en Egipto y México, sino que la base piramidal en sus diversas formas, pirámides clásicas, escalonadas, mastabas, zigurats, plataformas piramidales, templos piramidales e incluso montañas artificiales en forma de pirámide, etc., existen en muchas partes del mundo. Muchas de éstas construcciones son desconocidas por el común de las personas, y sorprenderán a más de uno.
Habría que preocuparse de la tecnología avanzada del pasado y porqué se habla o se ha escrito tan poco sobre ello, y de que existen muchas más evidencias de las que parecen a primera vista que demuestran claramente que éstas culturas estaban muy avanzadas tanto científica como culturalmente.
Eso sí, no hay que confundir los términos, y tener muy en cuenta que los conceptos de la época eran muy distintos a los actuales, por ello se hace muchas veces muy difícil comprenderla.
Tampoco hay que olvidar que cada época tiene sus propios conceptos y principios, sus costumbres y leyes, y lo que hoy nos parece normal, en un futuro no muy lejano puede parecernos probablemente absurdo, porque ha cambiado nuestra forma de pensar, de actuar y de ser.
Basta simplemente con mirar hacia atrás 50 ó 100 años y observaremos sin ningún género de dudas, que existen enormes diferencias, no tan sólo en la tecnología, sino en la cultura y la forma de pensar y actuar. Muchos jóvenes no entienden muchas veces porqué las personas mayores actuaban de aquella forma, y les parece ridículo.
Con toda probabilidad en un futuro no muy lejano a ellos les pasará lo mismo. Pues si miramos atrás cientos, miles, o quien sabe, millones de años, ¿cuánto habrán cambiado las formas, los conceptos, la estética, la ciencia, etc...? Y aunque ésta fuera más adelantada que la nuestra puede haberse desarrollado con principios y necesidades diferentes.
Por ello es muy difícil entender nuestro remoto pasado, y cuando se sacan conclusiones muy a la ligera o incluso conclusiones científicas, éstas casi nunca llegan a averiguar los pensamientos de aquellas personas, ni sus sentimientos, ni sus anhelos y sueños, ni tan siquiera su procedencia.
¿Podemos imaginar un hombre de Neanderthal o de Cromagnon, cohabitando en un mundo donde a ciertas distancias existían culturas avanzadas?.
Para algunos ésta idea se hace inconcebible, pero ¿es que acaso en los últimos decenios, el hombre moderno y culto, no ha estado cohabitando con muchos pueblos que vivían casi, o como en la prehistoria, algunos de ellos ignorados por completo...?
¿Es por ello acaso que ambas culturas pertenecen a épocas diferentes...? Evidentemente no, lo que ocurre es que cada una ha vivido al margen de la otra.
¿Que ocurrirá si dentro de varios miles de años, unos arqueólogos de aquella época descubren las diversas culturas de éste siglo XX...?
Probablemente las vean y califiquen de diferentes épocas, pues sería incomprensible seguramente para ellos que distintas culturas en diversos grados de evolución convivieran en una misma época.
Pues al igual que lo expuesto, hay muchos nuevos puntos de vista que van evidenciando que nuestro pasado fue muy diferente, y que cuando se toma un camino en una investigación de un tema tan complejo como este, quienes así realizan este trabajo deben ser flexibles y con mente abierta, no exponiendo ni aseverando "verdades" sobre algo que ni ellos han vivido, ni sentido, y que por lo tanto tienen muchas probabilidades de cometer más errores que aciertos.
Nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero quizás todos aquellos que nos gusta la investigación en cualquiera de sus formas, tenemos una pequeña verdad que decir, y si somos capaces de quitar la "paja del trigo", podremos con mucha paciencia ir descubriendo poco a poco algo de nuestro fabuloso pasado.
Esta publicación no desea convencer a nadie, solo desea exponer que existen innumerables evidencias de que existieron otras humanidades muy diversas, con altos conocimientos.
Que cada persona saque sus propias conclusiones. Es evidente que hay personas que quieren ver y otras que no quieren ver.
Para éstas últimas, ni ésta publicación ni ninguna otra de semejantes características, le harán cambiar de opinión; ni tan siquiera la evidencia más increíble podría hacerles cambiar, pues quien se agarra a elementos clásicos, es temeroso y por tanto cualquier idea que pueda romper sus clásicos conceptos, le llevarían a una crisis personal.
Nuestro mundo es y ha sido tan sumamente complejo en cualquiera de sus formas a lo largo de la historia, que es preciso que nos detengamos a replantearnos muy seriamente, si un científico en cualquier investigación que se lleve a cabo, puede parar y decir que no hay nada más que investigar sobre cualquier causa.
Siempre hay detalles que pasan desapercibidos y estos muchas veces pueden hacer cambiar las teorías que se tenían sobre cualquier civilización. Algo parecido sucedió a principios de nuestro siglo, cuando una oficina que patentaba inventos había llegado a la conclusión de que había que cerrar puertas, pues nada más se podía inventar.
En un enorme error cerrar puertas, quizás tengamos que aprender a eliminar estas puertas, y a tener siempre abierta la mente a nuevas posibilidades. Las Ciencias Humanas en cualquiera de sus formas, siempre pueden evolucionar o involucionar en innumerables caminos. La mente, al igual que la creatividad, tienen una profundidad infinita.
Pues si nunca cerramos las puertas al conocimiento del pasado, si nunca ponemos nuestros clásicos topes, quizás entonces tengamos una visión mucho más heterogénea del mismo, y con ello podremos descubrir facetas increíbles de ese pasado, que pueden ayudarnos en muchas ocasiones a no cometer tantos errores.
Debo decir, que no creo que nadie esté capacitado para despreciar una evidencia tan clara, como que nuestro mundo ha sido y es visitado por seres de distintas procedencias ajenas a nuestro mundo conocido, y que estos en muchas ocasiones han jugado un papel muy importante en la evolución o involución del mundo que conocemos.
Es realmente patético ver como se intenta por todos los medios posibles de despreciar y desprestigiar unas evidencias claras, a no ser que quienes lo digan se consideren pequeños dioses únicos en el inmenso universo y con la verdad absoluta.
Millones de avistamientos, innumerables escritos antiguos y evidencias físicas a lo largo de la historia conocida, creemos que demuestran claramente que algo hay de verdad en todo ello, ¿o es que acaso todos mienten?.
Que haya habido aprovechados, falsificadores, charlatanes, etc., no es motivo como para desacreditar todo lo demás. ¿O es que acaso, los historiadores, arqueólogos, investigadores, etc. son todos de una intachable conducta...?
Esto es una solemne tontería, pues se sabe perfectamente que algunos de ellos retocaron y cambiaron ciertas cosas, con el fin de que sus teorías pudieran tener una coherencia y convencer con ellas a los demás.
¿Es motivo ello para desacreditar al resto...? Evidentemente no, pero sí para preocuparse, pues con ello se ve claramente que no todo lo que reluce es oro.
Creo sinceramente amigo lector, que lo importante es tener una visión personal sobre éstas cuestiones, pues siempre hay muchas personas que tienen una manía persecutoria, que es la de convencer a los demás de lo que muchas veces desgraciadamente ni ellos mismos están convencidos; pero que convenciendo a los otros se convencen a si mismos, dando pie a crear en muchas ocasiones, teorías u opiniones en las cuales otras personas se basan, creando lógicamente una confusión de graves consecuencias futuras.
Despreciar las evidencias del pasado es ignorar la realidad, y esto es quizás lo que nuestra actual civilización más se esmera en hacer, en querernos hacer ver lo que ciertos grupos de poder desean, y con ellos manipularnos con fines e intereses muy concretos.
Si no luchamos personalmente contra éstas imposiciones, pronto va a quedar poco de la libertad de pensamiento, y seremos lo que estos grupos de poder quieren, simples máquinas de trabajar, que no pensemos, que todo nos lo den hecho y digerido, y que no nos molestemos en nada.
Se nos distrae, se nos miente, se nos confunde, se nos da respuestas interesadas, y se nos tiene en un círculo vicioso permanente, para hacernos perder nuestros orígenes y realidades, y con ello tenernos manipulados para fines concretos que muchas veces desconocemos.
La importancia de conocer y remover el pasado, está motivada con que a través de ello, podemos encontrar respuestas a muchas de las incógnitas de nuestras vidas.
Quizás la más importante de todas, la de encontrar nuestros verdaderos orígenes y donde la civilización perdió su rumbo o se equivocó de camino, y quizás donde perdimos nuestra verdadera razón de ser.
Muchos los llaman “Atlantes” quienes desaparecieron de la faz de la tierra así como llegaron, en un completo misterio.
En el año 9792 AC según varias teorías expuestas, se produjo un desplazamiento en la corteza terrestre, que fue acompañado por grandes inundaciones, ¿el diluvio?, haciendo desaparecer a la gran civilización bajo el poder de la naturaleza.
Si los cálculos son precisos, debido al cambio de los polos, se encontraría actualmente enterrada bajo el Polo Sur.
La gran diferencia que encontramos con el año 9792 AC, es la poca prevención, y lo descreída que se encuentra la humanidad, confiando en los grandes cerebros que puedan ayudarnos a subsistir a una catástrofe esta magnitud.
Y a las pruebas nos podemos remitir, después de ver como en pleno siglo XXI, si falla una pieza del dómino, automáticamente una tras otra van cayendo las piezas y se nos desmorona todo lo demás.
El cometido Maya era prevenir el próximo cataclismo a ocurrir en 2012, conservando la información de todo lo sucedido, las pruebas astronómicas, el desciframiento de los códigos ocultos y todos sus conocimientos.
En Egipto existe un complejo subterráneo, que Herodoto llamó "El gran laberinto", que contenía más de tres mil cámaras.
La siguiente descripción se cita en sus libros.
"Yo he estado allí y és, más allá de toda descripción.
Si usted ha hecho un estudio de todas las murallas de la ciudad y los edificios públicos en Grecia, verían que todos juntos no requiere tanto esfuerzo o dinero como este laberinto.
Las pirámides son inmensas y todos y cada uno de ellos es igual a muchos de nuestros edificios griegos, pero no pueden soportar la comparación con el Laberinto"
Según Herodoto allí se encuentran los datos correctos con los cuales los egipcios y los Atlantes hicieron sus predicciones de este cataclismo en todo el mundo.
Y, a partir de aqui haré o heremos aportaciones pequeñas para una mejor comprensión.
Vivimos en un mundo donde desgraciadamente se menosprecia el auténtico conocimiento del pasado, exponiendo que nuestra cultura y nuestra ciencia están constantemente en plena evolución, y que descendemos de hombres primitivos.
Pero las evidencias de objetos fuera de su tiempo y lugar, más ciertos restos arqueológicos encontrados (sobre todo megalíticos), no cuadran en absoluto con una civilización prehistórica y en evolución.
Es absurdo y hasta ingenuo creer que nuestros primitivos antepasados se dedicaban a construir con grandes bloques de enormes pesos (desde cientos de kilos hasta cientos de toneladas), ciertas construcciones que, si bien se enmarcan dentro de lo puramente religioso o astronómico, quedan un tanto fuera de lugar precisamente por su peso y volumen, así como por su extraña arquitectura.
Si algo caracterizó a la supuesta época prehistórica fue la supervivencia, y creemos poder asegurar que en una situación de falta de recursos en la alimentación, no sería muy lógico dedicarse a la construcción de semejantes templos, que por otra parte requieren de grandes conocimientos para su realización, así como de poseer medios más avanzados (que los que se supone por entonces tenían) para su construcción.
Es absurdo estar pensando constantemente que estos hombres primitivos perdían su tiempo y esfuerzo en arrastrar semejantes piedras sobre rodillos de madera. O intentar alzar con poleas y cuerdas, y todo ello simplemente para realizar un calendario agrícola, un lugar ceremonial o un calendario astronómico, o también como centro funerario.
Y si así lo hicieron, se demuestra sin lugar a dudas que ellos tuvieron altos conocimientos, y que probablemente ésta forma de construcción, así como otros de los muchos conocimientos que poseían, fueron el legado de otras culturas más antiguas.
Así se refleja, a través de sus leyendas y sus mitos, que dichas culturas habrían huido o desaparecido, bien por grandes cataclismos, o incluso algunas por grandes guerras que acaecieron en la antigüedad.
Y si no, amigo lector, constate usted mismo los pueblos indígenas que fueron descubiertos en los últimos siglos, que siendo ignorados por nosotros, vivían en una supuesta época primitiva, dedicándose principalmente a la alimentación y a lo puramente básico, con una excepción: la coquetería personal, la danza y lo puramente religioso; que era en síntesis la base de su cultura.
Que sepamos, salvo excepciones, éstas personas construían normalmente sus casas con elementos naturales y prácticos (madera, paja, ramas de árboles, adobe, huesos de grandes dimensiones, piedras de pequeño tamaño, pieles, etc.), y su vida era y es todavía para algunos muy práctica, y no se dedican absolutamente para nada a levantar y confeccionar grandes bloques de muchas toneladas y transportarlos a lugares lejanos.
Por lo que con ello se evidencia claramente que los pueblos que construyeron dólmenes, túmulos de grandes dimensiones, templos megalíticos, taulas, talayots, nuragas, alineaciones y círculos megalíticos, etc., debieron poseer grandes conocimientos y necesidades distintas a las de la simple supervivencia.
Menospreciar nuestro pasado e ignorar lo que realmente pudo haber sucedido es involucionar en un futuro, pues si no somos capaces de aprender de los errores del pasado, nunca nuestra sociedad puede avanzar con equilibrio, y la muestra de ello es que nuestra cultura está en completa decadencia.
Es actualmente una sociedad sin valores y con una clara pérdida de identidad, rodeada de un inmenso supuesto "conocimiento" e informaciones de todo tipo que lejos de aclarar, muchas veces confunden mucho más.
Desgraciadamente estamos inmersos en un mundo de innumerables intereses ocultos que mueven la humanidad a su antojo, sobre todo en la cultura, la cual es la base de toda civilización, ya que no hay que olvidar que "conocimiento es poder", y que quien tiene este poder puede hacernos hacer ver lo que quiera a través de sus innumerables tentáculos.
Siempre digo que lo más importante es seguir el instinto propio y no dejarse llevar por lo que piensa la mayoría, pues a veces ésta mayoría puede estar muy equivocada en sus conclusiones, sobre todo cuando los intereses ocultos la mueven a su antojo.
Muy probablemente el mundo megalítico no es una evolución de la Prehistoria, sino que la Prehistoria es una decadencia del mundo megalítico, motivado por razones desconocidas.
Al igual que, probablemente, las construcciones piramidales no evolucionaron como dicen muchos autores, sino que fueron monumentos únicos en su género y construidos directamente sin pasar por fases evolutivas (hago referencia a las más conocidas del mundo, como las de Gizeh), y en un intento de imitación podemos observar atónitos como la mayoría de las pirámides del antiguo Egipto y Sudán están en estados deplorables, (cuando las de Gizéh se encuentran en un estado de excelente conservación, además de poseer perfección en su construcción, y ser de un impresionante tamaño), habiendo además distintos tipos de pirámides, (mastabas, escalonadas, acodadas e incluso unas pequeñas a las cuales se denomina pirámides puntiagudas, que son de más fácil construcción), en las que se ve claramente un intento de imitación que para desgracia del pueblo egipcio no dio los resultados que deseaban.
Probablemente el pueblo egipcio que nosotros conocemos, nunca construyó las grandes pirámides, sino que las encontró en su lugar de origen, e intentó imitar lo que pudo.
Pero pirámides no hay sólo en Egipto y México, sino que la base piramidal en sus diversas formas, pirámides clásicas, escalonadas, mastabas, zigurats, plataformas piramidales, templos piramidales e incluso montañas artificiales en forma de pirámide, etc., existen en muchas partes del mundo. Muchas de éstas construcciones son desconocidas por el común de las personas, y sorprenderán a más de uno.
Habría que preocuparse de la tecnología avanzada del pasado y porqué se habla o se ha escrito tan poco sobre ello, y de que existen muchas más evidencias de las que parecen a primera vista que demuestran claramente que éstas culturas estaban muy avanzadas tanto científica como culturalmente.
Eso sí, no hay que confundir los términos, y tener muy en cuenta que los conceptos de la época eran muy distintos a los actuales, por ello se hace muchas veces muy difícil comprenderla.
Tampoco hay que olvidar que cada época tiene sus propios conceptos y principios, sus costumbres y leyes, y lo que hoy nos parece normal, en un futuro no muy lejano puede parecernos probablemente absurdo, porque ha cambiado nuestra forma de pensar, de actuar y de ser.
Basta simplemente con mirar hacia atrás 50 ó 100 años y observaremos sin ningún género de dudas, que existen enormes diferencias, no tan sólo en la tecnología, sino en la cultura y la forma de pensar y actuar. Muchos jóvenes no entienden muchas veces porqué las personas mayores actuaban de aquella forma, y les parece ridículo.
Con toda probabilidad en un futuro no muy lejano a ellos les pasará lo mismo. Pues si miramos atrás cientos, miles, o quien sabe, millones de años, ¿cuánto habrán cambiado las formas, los conceptos, la estética, la ciencia, etc...? Y aunque ésta fuera más adelantada que la nuestra puede haberse desarrollado con principios y necesidades diferentes.
Por ello es muy difícil entender nuestro remoto pasado, y cuando se sacan conclusiones muy a la ligera o incluso conclusiones científicas, éstas casi nunca llegan a averiguar los pensamientos de aquellas personas, ni sus sentimientos, ni sus anhelos y sueños, ni tan siquiera su procedencia.
¿Podemos imaginar un hombre de Neanderthal o de Cromagnon, cohabitando en un mundo donde a ciertas distancias existían culturas avanzadas?.
Para algunos ésta idea se hace inconcebible, pero ¿es que acaso en los últimos decenios, el hombre moderno y culto, no ha estado cohabitando con muchos pueblos que vivían casi, o como en la prehistoria, algunos de ellos ignorados por completo...?
¿Es por ello acaso que ambas culturas pertenecen a épocas diferentes...? Evidentemente no, lo que ocurre es que cada una ha vivido al margen de la otra.
¿Que ocurrirá si dentro de varios miles de años, unos arqueólogos de aquella época descubren las diversas culturas de éste siglo XX...?
Probablemente las vean y califiquen de diferentes épocas, pues sería incomprensible seguramente para ellos que distintas culturas en diversos grados de evolución convivieran en una misma época.
Pues al igual que lo expuesto, hay muchos nuevos puntos de vista que van evidenciando que nuestro pasado fue muy diferente, y que cuando se toma un camino en una investigación de un tema tan complejo como este, quienes así realizan este trabajo deben ser flexibles y con mente abierta, no exponiendo ni aseverando "verdades" sobre algo que ni ellos han vivido, ni sentido, y que por lo tanto tienen muchas probabilidades de cometer más errores que aciertos.
Nadie está en posesión de la verdad absoluta, pero quizás todos aquellos que nos gusta la investigación en cualquiera de sus formas, tenemos una pequeña verdad que decir, y si somos capaces de quitar la "paja del trigo", podremos con mucha paciencia ir descubriendo poco a poco algo de nuestro fabuloso pasado.
Esta publicación no desea convencer a nadie, solo desea exponer que existen innumerables evidencias de que existieron otras humanidades muy diversas, con altos conocimientos.
Que cada persona saque sus propias conclusiones. Es evidente que hay personas que quieren ver y otras que no quieren ver.
Para éstas últimas, ni ésta publicación ni ninguna otra de semejantes características, le harán cambiar de opinión; ni tan siquiera la evidencia más increíble podría hacerles cambiar, pues quien se agarra a elementos clásicos, es temeroso y por tanto cualquier idea que pueda romper sus clásicos conceptos, le llevarían a una crisis personal.
Nuestro mundo es y ha sido tan sumamente complejo en cualquiera de sus formas a lo largo de la historia, que es preciso que nos detengamos a replantearnos muy seriamente, si un científico en cualquier investigación que se lleve a cabo, puede parar y decir que no hay nada más que investigar sobre cualquier causa.
Siempre hay detalles que pasan desapercibidos y estos muchas veces pueden hacer cambiar las teorías que se tenían sobre cualquier civilización. Algo parecido sucedió a principios de nuestro siglo, cuando una oficina que patentaba inventos había llegado a la conclusión de que había que cerrar puertas, pues nada más se podía inventar.
En un enorme error cerrar puertas, quizás tengamos que aprender a eliminar estas puertas, y a tener siempre abierta la mente a nuevas posibilidades. Las Ciencias Humanas en cualquiera de sus formas, siempre pueden evolucionar o involucionar en innumerables caminos. La mente, al igual que la creatividad, tienen una profundidad infinita.
Pues si nunca cerramos las puertas al conocimiento del pasado, si nunca ponemos nuestros clásicos topes, quizás entonces tengamos una visión mucho más heterogénea del mismo, y con ello podremos descubrir facetas increíbles de ese pasado, que pueden ayudarnos en muchas ocasiones a no cometer tantos errores.
Debo decir, que no creo que nadie esté capacitado para despreciar una evidencia tan clara, como que nuestro mundo ha sido y es visitado por seres de distintas procedencias ajenas a nuestro mundo conocido, y que estos en muchas ocasiones han jugado un papel muy importante en la evolución o involución del mundo que conocemos.
Es realmente patético ver como se intenta por todos los medios posibles de despreciar y desprestigiar unas evidencias claras, a no ser que quienes lo digan se consideren pequeños dioses únicos en el inmenso universo y con la verdad absoluta.
Millones de avistamientos, innumerables escritos antiguos y evidencias físicas a lo largo de la historia conocida, creemos que demuestran claramente que algo hay de verdad en todo ello, ¿o es que acaso todos mienten?.
Que haya habido aprovechados, falsificadores, charlatanes, etc., no es motivo como para desacreditar todo lo demás. ¿O es que acaso, los historiadores, arqueólogos, investigadores, etc. son todos de una intachable conducta...?
Esto es una solemne tontería, pues se sabe perfectamente que algunos de ellos retocaron y cambiaron ciertas cosas, con el fin de que sus teorías pudieran tener una coherencia y convencer con ellas a los demás.
¿Es motivo ello para desacreditar al resto...? Evidentemente no, pero sí para preocuparse, pues con ello se ve claramente que no todo lo que reluce es oro.
Creo sinceramente amigo lector, que lo importante es tener una visión personal sobre éstas cuestiones, pues siempre hay muchas personas que tienen una manía persecutoria, que es la de convencer a los demás de lo que muchas veces desgraciadamente ni ellos mismos están convencidos; pero que convenciendo a los otros se convencen a si mismos, dando pie a crear en muchas ocasiones, teorías u opiniones en las cuales otras personas se basan, creando lógicamente una confusión de graves consecuencias futuras.
Despreciar las evidencias del pasado es ignorar la realidad, y esto es quizás lo que nuestra actual civilización más se esmera en hacer, en querernos hacer ver lo que ciertos grupos de poder desean, y con ellos manipularnos con fines e intereses muy concretos.
Si no luchamos personalmente contra éstas imposiciones, pronto va a quedar poco de la libertad de pensamiento, y seremos lo que estos grupos de poder quieren, simples máquinas de trabajar, que no pensemos, que todo nos lo den hecho y digerido, y que no nos molestemos en nada.
Se nos distrae, se nos miente, se nos confunde, se nos da respuestas interesadas, y se nos tiene en un círculo vicioso permanente, para hacernos perder nuestros orígenes y realidades, y con ello tenernos manipulados para fines concretos que muchas veces desconocemos.
La importancia de conocer y remover el pasado, está motivada con que a través de ello, podemos encontrar respuestas a muchas de las incógnitas de nuestras vidas.
Quizás la más importante de todas, la de encontrar nuestros verdaderos orígenes y donde la civilización perdió su rumbo o se equivocó de camino, y quizás donde perdimos nuestra verdadera razón de ser.
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