lunes, 18 de noviembre de 2013

El Diluvio, En Busca del la Atlántida (Documental)


Misterios del Pasado El Diluvio 

En Busca del la Atlántida

La historiografía académica solo acepta la versión que las primeras sociedades "organizadas" surgieron hace 7000 años y antes de eso el hombre básicamente vivía en clanes en un nivel rudimentario de existencia.
Colin Wilson en el siguiente vídeo nos lleva a distintos lugares del mundo donde lo parecido se repite una y otra vez, inmensas construcciones megalíticas en sitios remotos y alejados entre si.

Climatologos, geologos y una gran variedad de tecnicos e ingenieros prueban que la tecnologia para levantar esos monumentos no puede replicarse hoy mismo, lo mas intrigante que con la ayuda de la astronomia y la arqueologia se muestra que esos emplazamientos repiten configuraciones estelares de un cielo de hace 10.000 años!!!

¿Y si hubo una gran civilización avanzada con conocimientos avanzados inclusive para nuestra era? 

Todas las culturas hablan de un diluvio, una catástrofe, lo mas importante, si quedo algo de ese conocimiento bajo el control de unos pocos?

El siguiente es uno de los mejores documentales sobre la posibilidad real de un continente o supercivilización llamada Atlantida, vale la pena.















sábado, 26 de octubre de 2013

Incidente VORONEZ

El 10 de octubre de 1989 las televisiones de medio mundo abrieron sus informativos con una noticia realmente sorprendente y nada común. Se comunicaba sin tapujos ni medias tintas, que un Objeto Volador No Identificado había aterrizado sobre un parque público de la Unión Soviética causando gran expectación y temor entre todos los testigos presentes, la mayoría, niños que jugaban al futbol.

Además, por si fuera poco, para fortalecer la crónica, se decía que científicos rusos confirmaban la veracidad del incidente e investigaban el hecho. Como era de preveer tan "jugosa" noticia, ofrecida al mundo occidental por la agencia rusa Tass, corrió como la pólvora y cientos de periódicos se ocuparon de plasmar en sus paginas los sucesos que se narraban de la hasta entonces casi desconocida Unión Soviética, en cuanto a fenómenos aéreos no identificados se trataba. Incluso se leía en el telex enviado a las agencias europeas que del OVNI surgieron unos extraños y gigantescos seres acompañados de un robot que hicieron desaparecer a un niño que había en las inmediaciones utilizando, para ello, una especie de "pistola de rayos". Recordamos algunas de las notas de prensa reproducidas en algunos medios de comunicación: "URSS: científicos confirman el aterrizaje de un OVNI. Informe Especial de la agencia rusa Tass: un OVNI aterriza en un parque en Voronez, Rusia. Cuatro alienígenas de 3 metros de alto salen de la nave, causando el pánico entre la muchedumbre de espectadores que huyen. Los hechos habían sucedido a las 18.30 horas del miércoles 27 de septiembre cuando varios niños que jugaban en el parque de la ciudad rusa de Voronez, y personas que esperaban al autobús habían visto en el cielo una luz rosada, que después se convirtió en un globo de color rojo oscuro de 10 m de diámetro aproximadamente. Según Vladimir Lebedev, corresponsal de la Agencia Tass, en la pequeña ciudad rusa, muchos niños habían presenciado el aterrizaje del OVNI y posterior descenso de varios alienígenas en el parque. Ataviado con un mono plateado, botas de color bronce y un disco en el pecho, de tres metros de altura, con cabeza diminuta y tres ojos, uno de los supuestos alienígenas salía de la nave acompañado por un robot. El extraterrestre emitió un sonido y dibujó sobre la tierra un triángulo luminoso de unos 30 por 50 cm que desapareció rápidamente. La extraña criatura tocó el pecho del robot, y éste comenzó a andar. En ese momento, uno de los niños gritó aterrorizado, el extraterrestre le miró y el pequeño se quedó paralizado. Después, el alienígena apuntó a uno de los jóvenes con un ‘arma’, un objeto similar a un tubo de medio metro de largo, y el muchacho desapareció instantáneamente, para reaparecer cuando el ser regresó a su nave y ésta partió a gran velocidad".

La prensa española se hizo eco de la sensacional noticia que llegaba a través de la agencia rusa Tass.





Varios niños se erigieron como protagonistas de la increíble historia del desembarco de "extraterrestres" en un parque público. Pero no eran los únicos testigos...

Pero lo más irritante del asunto, como indicaba el titular, era la confirmación del fenómeno por parte de científicos de la Universidad de Voronez. "Un equipo de científicos del laboratorio de Geofísica, a 500 km de Moscú, ha confirmado el reciente aterrizaje de un objeto volador no identificado –OVNI–, al tiempo que han localizado pisadas de alienígenas, que según los testigos presenciales medían de tres a cuatro metros y tenían la cabeza muy pequeña.

Junto a ellos, de la nave descendió un pequeño robot. ‘Hemos identificado el lugar del aterrizaje mediante sistemas de biolocalización’, declaró a Tass Genrij Silanov, jefe del laboratorio de Geofísica de Voronez. ‘Detectamos un círculo de 20 m de diámetro, en el que se ven cuatro hendiduras de 4 a 5 cm de profundidad y de 14 a 16 cm de diámetro cada una, situadas en los cuatro puntos de un rombo. Encontramos una misteriosa piedra de color rojo’. El científico añadió que el análisis de la misteriosa roca roja mostró que en la Tierra no existen sustancia análogas, aunque se necesitan más investigaciones para una conclusión definitiva. El periodista Vladimir Ledevev indicó que los científicos del laboratorio también encontraron un hoyo en el que, según los análisis, los supuestos extraterrestres tomaron muestras del terreno". ¿Se podía pedir más a un aterrizaje OVNI? Múltiples testigos, huellas sobre el terreno, elementos dejados por los tripulantes del objeto y la participación de personal científico para la encuesta; el caso soñado…

El programa "Informe Semanal" emitió un pequeño reportaje sobre lo ocurrido en Voronez
El periodista Vladimir Lebedev entrevista, ante las cámaras de televisión al científico y ufólogo Silanov que le informa del hallazgo de huellas y restos.

CRONICA DE LOS ACONTECIMIENTOS

Tras un inicio tan fulgurante, poco a poco, y tras ocupar decenas de reportes en nuestro país, incluso el prestigioso programa informativo Informe Semanal se preocupó de enviar a un corresponsal a Voronez y ofrecer a los telespectadores españoles un breve documental con imágenes exclusivas del parque y entrevistas a los jóvenes testigos, el caso comenzó a caer en un evidente declive.

 A ello contribuyo notablemente que en las posteriores noticias que se conocieron sobre el sensacional incidente, se dijera que el supuesto OVNI de Voronez tenía en su fuselaje el símbolo ummita tan conocido en nuestro país y vinculado al polémico affaire ummo. El propio reportaje que emitió la televisión pública española, concluía que, posiblemente, el aterrizaje pudo ser una burda mentira, provocada por "la penuria económica" de los habitantes de Voronez.

También se quiso relacionar el supuesto montaje a la reciente apertura de la URRS al mundo, a través de la "Perestroika", e incluso de ser una simple estratagema política que sirvió para desviar la atención mediática de otros asuntos mas importantes del país.

Aunque en un incio la información fue divulgada sin problemas aparentes, posteriormente el suceso de Voronez se caracterizó por su estancamiento a nivel de nuevas noticias e imágenes del incidente. Los pocos gráficos que circulaban sobre la experiencia remarcaban la extraña apariencia de sus tripulantes, así como los emblemas de UMMO que, supuestamente, observaron los testigos en la nave y en la vestimenta de los seres.

Siguiendo las descripciones de los testigos hemos intentado realizar el dibujo mas aproximado de los acontecimientos ocurridos en el parque de Voronez. Los tripulantes fueron descritos como de complexión atlética, diminuta cabeza de tres ojos y largos brazos.

Para analizar qué puede esconderse tras un episodio de tal espectacularidad, es obligado que analicemos punto por punto los pormenores de la experiencia con todos los datos de los que dispongamos. Por lo pronto hay que decir que exceptuando al sobresaliente investigador Jacques Vallée, ningún reconocido ufólogo occidental ha acudido hasta la ciudad de Voronez con la intención de desvelar el enigma. De momento baste decir, para todo aquel que piensa que el asunto puede resolverse de un plumazo, que el propio Vallée en su libro UFO Chronicles of the Soviet Union: A Cosmic Samizdat, coescrito con la periodista científica del prestigioso diario Le Figaro, Martine Castello, asevera que hay indicios de realidad en el mismo.

En su visita a la localidad en 1990, pese a que no estaba nada convencido de lo sucedido, descubrió que se pudo desinformar desde un principio para que el aterrizaje cayera en el olvido y no fuera tomado en serio más allá de las fronteras rusas. Muchos datos e informaciones pueden no ajustarse a la verdadera naturaleza del fenómeno manifestado en Voronez. La utilización del símbolo ummita es una de las cuestiones que más hizo dudar a Vallée en un principio sobre la credibilidad del aterrizaje, y a su vez le confirmaría, una vez desarrolladas todas las pesquisas, la posible participación de "agentes externos" a los testigos para añadir detalles fraudulentos a la experiencia. La manipulación obviamente ha de tener un propósito: restar credibilidad a un hecho y crear confusión, por tanto algo de realidad debía haber tras el singular episodio OVNI.

Los enormes seres portaban en el pecho un extraño disco, asi como una pequeña "caja" que le sobresalía de la cintura. Uno de ellos llevaba un objeto alargado en la mano que utilizó, presuntamente  para hacer desaparecer a uno de los menores que contemplaban la escena.

Del OVNI surgió un pequeño androide sin cabeza, en cuyo torso se divisan unos botones cuadrados. Los testigos describieron sus movimientos como torpes y automatizados.

Como ejemplo del interés en zanjar el asunto por la vía rápida, veamos la siguiente nota de prensa reproducida solo dos días después: "El corresponsal de Tass que dio el notición de los OVNIs, un amante del vodka". "El redactor jefe adjunto de la agencia de noticias soviética Tass, Igor Yefimov, declaró que no cree en la historia del OVNI de la ciudad rusa de Voronez difundida anteayer por un corresponsal de la agencia conocido por su amor al vodka. ‘El reportero Vladimir Ledebev deberá examinar el caso con lupa’, dijo Yefimov". Con esta nueva panorámica de los acontecimientos podemos afrontar una revisión de lo acontecido en Voronez e intentar dilucidar qué ocurrió aquella tarde en una populosa localidad rusa que ha pasado por méritos propios a los anales de la ufología internacional como uno de los sucesos más debatidos, controvertidos y mediáticos que se han conocido. Descifrando el enigmaAl poco tiempo se presentó en el parque el científico Genrij Silanov, jefe del Laboratorio de Geofísica de Voronez y destacado miembro de un grupo de investigación de fenómenos anómalos de la ciudad, por lo que se supone que su participación en el caso se debe más a una iniciativa particular y privada que a una determinación del citado laboratorio por esclarecer los hechos.Situado en el lugar del supuesto aterrizaje, Silanov descubrió, como posteriormente indicaría a la prensa –concretamente al periodista Vladimir Lebedev–, cuatro huellas formando un rombo, que atribuyó a las "patas" del OVNI, y una huella circular de 20 m de diámetro (nunca se especifico que denotaba aquel rastro de varios metros de envergadura; quemaduras, pasto reseco, torceduras de ramaje, etc). Curiosamente se utilizó para su localización instrumentos de rabdomancia, o sea varillas de zahorí, nada sofisticado ni moderno propio de un laboratorio (¡). Las marcas ocasionadas por las "patas" se pudieron medir y fotografiar, situandose entre unos 4 ó 5 cm de profundidad, y entre 14 ó 16 de diámetro.

                   


Silanov señala a la prensa una de las huellas dejadas en el terreno por el tren de aterrizaje del OVNI.

Otra de las huellas mostradas a los periodistas, ésta véz por los niños que jugaban al futbol tranquilamente antes del gran susto.
Las autoridades rusas ante las declaraciones de Silanov acudieron al lugar para verificar si era cierto que en la zona del aterrizaje se había detectado una radioactividad anómala o potencialmente peligrosa. Tras estudiar el área del parque donde supuestamente estuvo el OVNI, comprobaron que las mediciones del ufólogo eran correctas...

El peso del artefacto se estimó en unas 11 toneladas. A este respecto Jacques Vallée afirmaba en su libro que coincidía plenamente "con la gama de las estimaciones alcanzadas por los científicos franceses que estudiaron marcas físicas en aterrizajes OVNIs durante la oleada sucedida en Francia en 1954". La altura de las "patas" debería ser considerable, ya que los ramajes no presentaban torceduras ni roturas, y los "gigantes" trabajaron en los alrededores con cierta comodidad. En la misma zona, el científico ruso encontró una extraña piedra roja oscura, parecida a la arenisca –algunas citas hablan de dos piedras rojas– que en un principio, y tras un examen mineralógico se dijo era desconocida en nuestro planeta. Sin embargo a los pocos días la prensa anunciaba, en un nueva entrega, que "analizada la piedra no se detecta ningún componente extraño". Uno de los elementos más importantes y desconcertantes hallados en el lugar del aterrizaje se realizó cuando Silanov descubrió que existía un elevado grado de radiactividad entre las cuatro huellas. Este detalle fue oficializado y confirmado plenamente por una "comisión" estatal, en la que participó Stanislav Kádmenski, titular de la Cátedra de Física Nuclear de la Universidad de Voronez, que preocupados por la salud pública de los habitantes de la urbe, investigó los hechos. Aunque se pronunció negativamente sobre el supuesto aterrizaje de un OVNI, el experto confirmó que en el área se registró el doble de radiactividad. El citado grupo, encabezado por Igor Sarotsev, vicerrector de la Universidad de Voronez, llegó a la conclusión de que "la presencia de una cantidad mayor que la media de cesio, isótopo radiactivo, no constituye prueba suficiente. Después de la catástrofe de Chernobyl, se ha encontrado cesio en cantidades superiores a la normal en muchas zonas de nuestro país". Pero resulta chocante que el único lugar del extenso parque que registró ese grado anormal de radiactividad fuera un punto, precisamente, entre las cuatro marcas que supuestamente habían sido dejadas por el aterrizaje del extraño aparato. Y si bien es cierto que muchas localidades rusas se vieron afectadas por el terrible accidente de la central nuclear de Chernobyl (1986), en algunos mapas elaborados sobre los "contagios" no se señala a Voronez hasta el día del citado aterrizaje, encontrándose a unos 300 km de la ciudad más cercana afectada por el escape.





Tras cerciorarse del nivel inusual de radioactividad en el parque de Voronez, las autoridades pretendieron quitarle "hierro" al asunto afirmando que tras el desastre de Chernovil, varias ciudades rusas habían sido afectadas por el escape. Sin embargo en los mapas oficiales sobre las consecuencias del devastador accidente de la central nuclear, no se refleja que Voronez se haya visto afectada. En el presente mapa se observa como las áreas mas contaminadas se encuentran alejadas del lugar de la detección en Voronez.
Pero existen más indicios que apuntan a que algo extraño tuvo lugar en Voronez. Periodistas de la Agencia EFE, que telefonearon en aquellas fechas a la policía de la citada ciudad para intentar corroborar el telex de Tass se llevaron una grata sorpresa. La central de las Milicias –policía uniformada– informó que durante varios días, entre el 23 y 27 de septiembre, recibieron decenas de llamadas denunciando la aparición en los cielos de extrañas luces, y que incluso les relataron los supuestos encuentros con los extraterrestres. Pero ahí no acaba la historia. V. Pereverzev, funcionario de la Milicia local, afirmó a la agencia de prensa occidental que "había acompañado a los científicos de la sección de estudios de fenómenos anómalos de la ciudad, quienes cavaron un hoyo de 35 cm de profundidad y 2,5 m de diámetro en el que encontraron escorias de metal desconocido que no reacciona con ácido alguno". Estos hallazgos fueron adjudicados también a la comisión científica que aseguraba haber hallado hasta 17 fragmentos de un material misterioso. Jamás se hicieron públicos los resultados de estos elementos, pese a que otros investigadores soviéticos los reclamaron. Pero hubo más. Los periodistas españoles, enviados por Informe Semanal a Voronez para cubrir la noticia, no tuvieron permiso para entrevistar a los adultos y sólo se les consintió hablar con Genrij Silanov y varios niños para dar una imagen al público occidental de que el caso era fruto de la imaginación infantil. Actitud ridícula y poco rigurosa, pues había elementos que avalaban la presencia de varios adultos…

NIÑOS... Y ADULTOS
Leemos para ello la prensa de la misma fecha: "Varias decenas de personas que esperaban el autobús fueron testigos de la llegada, a las 18.30 horas, de un objeto volador no identificado". Según el corresponsal de Sovietskaya Kultura en Perm, E. Yefremov "…el lugar estaba abarrotado de gente que esperaba el autobús y la muchedumbre pudo ver claramente cómo se abría la compuerta –del OVNI– y al humanoide que apareció en la abertura…". En la propia televisión rusa aparecieron decenas de testigos adultos que confirmaban con sus propias palabras lo narrado por los niños, por lo que no se entiende que se dijera que el caso solo estaba respaldado por adolescentes.

La televisión rusa mostró ante miles de espectadores algunos de los numerosos testigos adultos , entre ellos algunos policías, del aterrizaje de Voronez .

Pese a que se quiso dar una imagen al mundo de que todo el incidente fue observado solamente por niños, no fueron pocos los adultos que pudieron presenciar el hecho y dar testimonio público de ello.
El teniente de la policía C. A. Mateveyev exponía ante las cámaras lo que vio aquella tarde: "Yo estaba en el parque sur, cerca de la carretera, y vi un objeto volador a una altura de 200 y 250 m". Su compañero, el capitán C. H. Okunev, también observó el OVNI: "Se quedó a la misma altura si moverse horizontalmente. Eso me interesó mucho, porque no podía ser un globo meteorológico". Por su parte, Alexander Kustischev habló de los humanoides de la siguiente forma: "Era enorme, más que nosotros, parecía muy fuerte". Algunos de los chicos incluso fueron entrevistados pasados algunos años y volvieron a ratificar sus primeras declaraciones. No obstante nunca se pudo aclarar uno de los detalles que más intrigó a los investigadores, incluido al propio Vallée: la imposibilidad de localizar al supuesto joven que desapareció al recibir el haz luminoso del tubo que portaba uno de los humanoides. Tras estudiar el suceso queda claro que algo inusitado sucedió en la ciudad de Voronez, pero las pruebas definitivas pueden estar durmiendo en algún oscuro archivador, aguardando otra revolucionaria Perestroika…

¿Estamos preparados para saber más sobre nuestro origen?





Muchos de nosotros sí estamos preparados y este post  se escribe con el objetivo de difundir el contenido de los trabajos de Zecharia Sitchin y de algunas de las tablillas sumerias que hablaban de nuestro origen, y que fueron encontradas en Nínive en el siglo XIX y traducidas por Zecharia Sitchin en una saga de libros.

Uno de ellos en particular, no contiene ni una coma del autor (Sitchin), pues es la traducción literal del contenido de catorce tablillas que formaban un conjunto de libros titulados por Sitchin como “El Libro perdido de Enki” de Zecharia Sitchin.

Zecharia Sitchin que no era un ufólogo como dice la Wikipedia, se educó en Palestina donde adquirió conocimiento del hebreo moderno y clásico, las lenguas semíticas y europeas, el Antiguo Testamento y la historia y la arqueología de Oriente Próximo.

Es uno de los pocos eruditos versados en lenguas antiguas, con conocimiento, hablado y escrito, del sumerio, lo que le permitió traducir el contenido de textos de 6000 años y antigüedad y llegar a la conclusión de que los pasajes conocidos de Génesis del Antiguo Testamento, como muchos otros momentos conocidos de la Biblia Hebrea, que han sido asimilados en nuestra cultura, como mitos o parábolas, son en realidad pasajes recogidos de los textos sumerios, su fuente original.

Estos textos, de 6000 años de antigüedad en muchos casos, recogían sucesos y crónicas de eventos muy anteriores protagonizados por seres inteligentes, considerados por los sumerios como superiores o dioses, llegados de otro planeta.

A mediados de siglo XIX los arqueólogos descubrieron la antigua capital Asiria de Nínive (hasta entonces sólo conocida por el Antiguo Testamento) y hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25.000 tablillas de arcilla inscritas.

Los historiadores saben ahora que la civilización sumeria floreció en lo que ahora es Irak casi un milenio antes de los inicios de la época faraónica en Egipto, y que ambas serían posteriormente seguidas por la civilización del Valle del Indo (sub-continente indio).

También es sabido que fueron los sumerios los primeros en plasmar por escrito los anales y relatos de dioses y hombres, de los cuales, todos los demás pueblos, incluidos los hebreos, obtuvieron los relatos de la Creación, Adán y Eva, Caín y Abel, el Diluvio Universal, la Torre de Babel, etc.

Los conocedores de la cultura griega y mesopotámica han plasmado la historia, ahora conocidas como mitos, de dioses y hombres, reflejados en escritos por hititas, cananeos, griegos, persas e indoeuropeos.

Todas esas fuentes atestiguan que beben de fuentes aun más antiguas, algunas de ellas descubiertas, otras perdidas.

Una extensa comparativa de los llamados “mitos” recogidos por culturas y civilizaciones como la griega y los hechos ocurridos y plasmados como históricos en las tablillas sumerias puede encontrarse en el libro “La Guerra de Los Dioses y los Hombres” de Zecharia Sitchin.

Nuevos hallazgos en paleontología, antropología, geología, astrofísica y astronomía no han hecho más que dar la razón a los que vieron desde el primer momento en el conocimiento recogido en tablillas sumerias que muchos de esos modernos descubrimientos ya se conocían y habían sido recogidos en tablillas de miles de años por los sumerios, que a todas luces fueron los depositarios del conocimiento de una civilización avanzada que llegó de otro planeta.

Estos seres tuvieron una influencia directa en los acontecimientos ocurridos en la Tierra a partir de su misma llegada y su propio planeta, Nibiru, antes incluso de ser habitado, ya había tenido un destino crítico en la formación del planeta Tierra.

Muchos de estos hallazgos y la verificación del conocimiento de las tablillas sumerias pueden encontrarse en el libro “El Genesis Revisado” por Zecharia Sitchin.

Estamos hablando de decenas de miles de tablillas de arcilla descubiertas en ruinas antiguas de Oriente Próximo. Algunas hablan de asuntos cotidianos, aspectos laborales o comerciales, otras conforman los Anales Reales; otras son literatura sagrada o textos canónicos escritos en sumerio y traducidos después al acadio (primera lengua semita) y posteriormente a otras lenguas.

En algunos de estos libros se encuentran referencias a libros aun más antiguos, perdidos que se remontan a seis mil años atrás.

Algunas tablillas describen la creación de la Tierra actual a partir de un planeta primitivo llamado por los habitantes de Nibiru “Tiamat” (dadora de vida) que se partió en dos a raíz del choque cataclísmico con Nibiru, un planeta llegado de muy lejos, que por alguna razón desconocida, se vio atraído por la fuerza gravitatoria del Sol y colisionó con Tiamat partiéndolo en dos.

Uno de los satélites de Tiamat, Kingu, dio origen a la Luna y la otra parte del planeta se extendió en lo que hoy se conoce como el cinturón de asteroides, y los sumerios llamaban “El brazalete repujado”.

Uno de los hallazgos encontrados y que se conserva hoy en el Museo Ashmolean de Oxford son unos prismas de arcilla con la lista de los diez soberanos antediluvianos, período que abarca 432.000 años de reinado (43.200 años de reinado por cada rey de media, lo que nos da la clara idea de que estamos hablando de unos seres con una longevidad pasmosa desde nuestra óptica humana).

El texto de la lista más completa escrito en cuneiforme sobre un pequeño prisma de barro (Prisma WB, 1923.444, hoy atesorado en Oxford) y conocido con el nombre de Lista real sumeria pertenece a la colección Weld-Blundell y ha sido traducida por Thorkild Jacobsen.

Ciudad / Rey
Eridu /A-lulim
Eridu / Alalgar
Bad-tibira/ En-men-lu-Anna
Bad-tibira/ En-men-gal-Anna
Bad-tibira/ Dumu-zi
Larak/ En-sipa-zi-Anna
Sippar/ En-men-dur-Anna
Shuruppak/ Ubar-Tutu

Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a. C. Se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes.

El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.

La lista comienza así:
“Tras descender el Reinado del Cielo, Eridú (lugar donde según la Biblia estuvo el Jardín del Edén) se convirtió en la sede del Reino”.
La Lista de los Reyes Sumerios, al igual que la Biblia, habla acerca del Diluvio:
“Después de que las aguas cubrieran la tierra y que la Realeza volviera a bajar del Cielo, la Realeza se asentó en Kis”.
Tanto las Tablillas de Nippur como el Prisma de Weld dan los nombres y reinados como siguen:
REY / REINÓ EN/ DURACIÓN

Alulim /Eridú /28.000 años
Alalmar /Eridú /36.000 años
Emenluanna /Badgurgurru /43.000 años
Kichunna /Larsa /43.000 años
Enmengalanna /Badgurgurru /28.000 años
Dumuzi /Badgurgurru /36.000 años
Sibzianna /Larak /28.000 años
Emenduranna /Sippar /21.000 años
Uburrato /Shuruppak /18.000 años
Zinsuddu /Utnapishtim /18.000 años
La primera ciudad que se fundó fue Eridú.

Su santuario inicial allí, una maravilla de la arquitectura en aquellos primitivos días, se elevaría y crecería con el tiempo hasta convertirse en un magnífico templo-morada, el E.EN.GUR.RA («Casa del Señor Cuyo Retorno Es Triunfante»), adornado con oro, plata y metales preciosos del Mundo Inferior, y protegido por el «Toro del Cielo».

Estos textos sugieren que un testigo presencial de todos los acontecimientos, y quien dictó a un escriba los más importantes de entre ellos, de una importancia extraordinaria fue EA (en sumerio, Aquel cuyo hogar es agua).

Uno de esos libros, inscrito en catorce tablillas, (la última con la nota del traductor) explican la llegada a la Tierra de seres procedentes de Nibiru hace algunos cientos de miles de años con el objeto de buscar oro necesario para el restablecimiento de la atmósfera dañada en aquel entonces de Nibiru, su planeta de origen, el cual completa un Shar (una vuelta a nuestro Sol) cada 3600 años y el cual se acerca, en ocasiones de forma peligrosa, a nuestro Sistema Solar para completar cada órbita, provocando situaciones peligrosas y eventos geológicos y climáticos, tanto en la Tierra, como en Nibiru.

Por supuesto, los llegados pertenecen a la casa real de Nibiru, son nobles, cuyas normas de sucesión y herencia, y las disputas por el mandato y el lugar en la jerarquía, ocasionan a lo largo de los cientos de miles de años, que narra el Libro mencionado, conflictos enconados y violentos donde hay asesinatos, destierros, castigos, diferencias de opinión y algunos conflictos bélicos con la Tierra con armas nucleares incluidas.

Estos seres provenientes de Nibiru, privilegiados que tuvieron la ocasión de conquistar un planeta aparentemente no habitado hasta entonces por vida inteligente, pero al mismo tiempo, y al parecer víctimas de un exilio forzoso motivado por el hecho de seguir proveyendo del oro necesario para la supervivencia de la atmósfera de su planeta amado de origen, no son representados como “malos” ni “buenos”.

Son capaces de una entrega extraordinaria, de hazañas increíbles, la culminación de las cuales es la creación de seres inteligentes, concebidos como “ayudantes” en la dura tarea de extraer el tan ansiado oro, a riesgo de saltarse algunas normas y leyes existentes en el Universo y convirtiéndose de esa forma en “creadores”, pero también conocedores de la envidia, la codicia, la ambición, la insatisfacción, la venganza, el odio y otros sentimientos considerados por nosotros como “humanos” y los cuales provocan divisiones entre dos clanes durante cientos de miles de años, el encabezado por Enki y el liderado por Enlil, su hermanastro.

Tres hermanos,
Ea (luego llamado Enki)
Enlil (señor de Mandato, a quien se asigna la Misión de la Tierra)
Ninki,
son los protagonistas principales de esta historia, los tres hijos de Anu, soberano de Nibiru.

El relato sencillamente narrado resume la historia de cientos de miles de años desde la Llegada de los Anunnaki a la tierra hasta el ascenso de Marduk, el primogénito de Enki, al poder en Egipto.

Ellos fueron los primeros “Anunnaki” que “del Cielo a la Tierra llegaron”.

Su Misión y la de sus descendientes en la Tierra comenzó a complicarse seriamente cuando decidieron crear al “Trabajador Primitivo”, no sin antes sortear muchos obstáculos éticos, políticos y técnicos.

Lo importante sobre el origen de la humanidad es que es un hecho absolutamente único. Aparentemente, a juzgar por la crónica de Enki, nunca se había oído hablar del hecho de crear un ser de la nada ya que “todos los seres descienden de una simiente evolucionada a lo largo de eones”.

Pero la necesidad de forjar un Trabajador Primitivo, motivó que se diera vía libre a una idea de Ea (o Enki) basada en poner la señal de los Anunnaki a una simiente ya existente en la Tierra, homínidos que caminaban erectos en dos piernas hace 300.000 años, y que vivían entre los animales de las estepas.

Enki convenció a su hermano, Enlil, quien dirigía la “Misión en la Tierra” de llevar a cabo semejante idea con un argumento importante: no se trataba de crear esclavos, ya que la esclavitud había sido abolida en su propio planeta miles de años atrás, sino de crear “un ayudante”. No se trataba de crear un ser de la nada, algo en manos únicamente del Creador del Todo, sino de favorecer la evolución poniendo la marca de los Anunnaki en seres homínidos propios de la Tierra.

La idea de Enki no era crear una nueva criatura, sino “hacer más a su imagen y semejanza a una ya existente” con una sola gota de la existencia de los Annunaki.

No fue una decisión fácil.

Se preguntaron si era Hado o Destino llevar a cabo tal plan y el Dios Creador de Todo daría el visto bueno a un plan para salvar de la destrucción a Nibiru o no. Pero al final se puso manos a la obra y de esta forma Enki, Ninki, su hermana y Ningishzidda, el hijo de Enki, comenzaron el proyecto. Se trataba de mezclar una hebra de la esencia del ser ya existente en la Tierra con la otra hebra de ADN del Anunnaki.

Estos relatos tienen 6000 años de antigüedad y hablan claramente de un proceso de manipulación genética en el que se planeó el primer bebé probeta de la historia, empleando un óvulo de una madre homínida y fertilizando el óvulo con material genético (medido en proporciones exactas con objeto de conferirle la imagen, pero no todas las capacidades ni ciclo vital), para después insertarlo en una matriz Anunnaki.

Tal y como se narra en el Libro Perdido de Enki, colocaron un óvulo de la hembra bípeda en un recipiente (probeta) de arcilla (de la Tierra, después de varias pruebas fallidas empleando material de cristal) y se mezcló con “objetos diminutos” con fórmulas que contenían la simiente Anunnaki (en una clara referencia al ADN) y posteriormente, una vez fecundado el óvulo de la hembra bípeda lo colocaron en una matriz Anunnaki, concretamente en la matriz de Ninki, la hermanastra de Enki, tras lo cual hubo concepción y ésta dio a luz un varón sano, sin pelo en el cuerpo, con los sentidos perfectos y capacidad para hablar, al que llamaron Adamu (el Adán del Antiguo Testamento).

Posteriormente Ninki se reunió con siete sanadoras Anunnaki de la ciudad y les pidió que aceptaran la tarea de ser “matrices” para otros óvulos fecundados de la misma forma.

Pero esta vez, colocaron óvulos de hembras bípedas y los fecundaron con la esencia (material genético) de Adamu, pronunciando una frase de encantamiento enlazando de esa forma la esencia del Cielo y de la Tierra por parentesco sanguíneo. Insertó los óvulos en matrices Anunnaki y las Anunnaki dieron a luz a siete trabajadores primitivos más.

Viendo que la tarea de crear un ejército de esta manera era demasiado ardua, decidieron crear a la contraparte femenina, a la que llamarían “Tiamat ” (con el mismo nombre de la Tierra primitiva antes del cataclismo) y esta vez cambiaron las esencias Anunnaki para ajustarlas a este fin de creación de una fémina. La matriz de Tiamat esta vez fue la esposa de Enki, Ninti, quien estuvo encantada con esta tarea.

De esta forma, crearon más hembras posteriormente para que éstas se reprodujeran de forma natural con los varones ya creados; sin embargo observaron que no había procreación entre hombres y mujeres primitivos.

Ninguna de ellas tenía descendencia; volvieron a repasar las “esencias” Anunnaki empleadas (las hebras y componentes genéticos empleados para el proceso) y vieron que las esencias estaban dispuestas como 22 ramas en un Árbol de la Vida, pero no incluían la capacidad de procrear.

Se puede inferir, por lo que viene a continuación, que se estaba produciendo un rechazo que impedía la procreación. Sin embargo, la presión por crear a “trabajadores primitivos” para extraer el oro de África era cada vez mayor.

¿Qué harían en este momento después de tanto trabajo empleado y de que Enlil aprobara a regañadientes la operación?.

Ningishzidda, el hijo de Enki, experto en estos temas, tenía la solución; tal y como se describe en “El Libro Perdido de Enki” durmió a Enki, Ninki, Adamu y Tiamat y extrajo de la costilla de Enki y Ninki su esencia vital y en la costilla de Adamu insertó la de Enki y en la de Tiamat la de Ninki, añadiendo al Árbol de la Vida dos ramas más con fuerzas procreadoras.

Sin duda, todo ello tiene relación con el relato de la costilla de Adán y Eva conocido por el Génesis y que muchos entendíamos como “mito” o “leyenda”.

Parece estar describiendo algún tipo de implante que permitió que ese rechazo inmunitario que impidió la original descendencia fuera superado por medio de la inserción de material genético de dos seres productivos a dos seres sin capacidad de procreación.

Al igual que en el Antiguo Testamento, el texto sumerio recoge la idea de que a partir de ese momento, en que Adamu y Tiamat se “encontraron” y tomaron conciencia de su desnudez y de su feminidad y virilidad algo cambió por completo. Todo ello horrorizó a Enlil que creyó que se les había dado a esos seres creados, las últimas porciones de la “esencia vital” Anunnaki y que quizás se les había conferido incluso sus ciclos vitales (de miles de años de vida) y la capacidad de autocuración y auto-regeneración.

Fue entonces cuando el hermano de Enki, Enlil, inseguro con el proyecto humano desde el principio, decretó que Adamu y Tamat se marcharan del Edin, donde hasta entonces estaban alejados del duro trabajo, pues el objetivo original era que permanecieran como “moldes” perfectos de la creación humana, sólo dedicados a la procreación.

Fue Enlil quien decidió que fueran exiliados allí donde se les necesitaba, al Abzu (África Sudoriental) dedicados de pleno al trabajo de extraer el oro, como todos los demás humanos creados.

De esta forma fueron expulsados del Edin.

Las alusiones a una “serpiente” maligna hacen una clara referencia al símbolo con que se representaba el propio Enki, conocedor de los secretos de la manipulación genética y director de todo este proyecto de la creación del Trabajador Primitivo.

Y de esta forma la humanidad comenzó a proliferar; Adamu y Tiamat tienen tres hijos, y el relato de los acontecimientos que siguieron en gran medida están recogidos con mayor o menor fidelidad en el Antiguo Testamento, sin embargo, no eran los únicos que procreaban.

Enki siempre había sido conocido por sus dotes amorosas y la incontinencia de sus apetitos sexuales.

Una de las tablillas describe cómo Enki encuentra en el Edin dos hembras de gran atractivo y ambas procrean de él dando a luz uno cada uno de ellas:
Adapa
Titi
Adapa, sumamente inteligente, se convierte en el primer hombre civilizado. Adapa y su hermanastra Titi a su vez se emparejan dando a luz a Kain y Abael (en clara referencia a Caín y Abel).

En el Antiguo Testamento podemos encontrar multitud de casos en los que el varón tiene por esposa a su hermanastra (es el caso de Abraham y Sara). Esto está íntimamente relacionado con la Ley de herencia de los Anunnaki, así llamada, de la Simiente, que convierte en herederos legítimos a los hijos de la hermanastra, antes que al primogénito, si éste ha sido concebido por una mujer de otra clase social.

Esta ley Anunnaki marcó el destino de toda la Misión de la Tierra multitud de veces.
Enki tuvo otro hijo más con otra terrestre, al que llaman Ziusudra (Noé).

Después del gran Diluvio producido, tal y como describe una de las tablillas, por la cercanía de Nibiru y las inestabilidades creadas en la atmósfera de la Tierra, Enlil decreta el final de la Misión en la Tierra (en la forma en que se había llevado a cabo hasta el momento) y se niega a salvar a la humanidad; nunca había visto con buenos ojos el proyecto de creación humana y aprovecha el momento para obligar a todos por juramento a que ningún humano sea salvado de la catástrofe.

Sin embargo, Enki, su hermano y creador intelectual del “trabajador primitivo” tiene una visión o sueño que le dice que debe salvar a Ziusudra, su hijo, dándole instrucciones claras sobre cómo construir una barcaza cerrada y sellada con pez, donde se colocan algunos pequeños animales (las esencias de otros mamíferos y plantas ya habían sido extraídas y conservadas por Enki para evitar el fin de la vida de la Tierra y poder reconstruir la vida tras el Diluvio).

De esta forma, Ziusudra, así como algunos descendientes de Kain en otra parte del mundo, ya que habían sido desterrados del Edin tras el asesinato de Abael a manos de su hermano, se salvan del Diluvio.

¿Se han podido encontrar la prueba de alguno de estos hechos narrados en las tablillas sumerias? Sorprendentemente sí y además no una ni dos, sino múltiples pruebas.

He aquí sólo algunos de ellos:
Los descubrimientos de objetos estelares como satélites o planetas de nuestro Sistema Solar que se produjeron a finales del siglo XX ya se mencionaban en tablillas de miles de años de antigüedad (ver referencias “El Génesis Revisado”) demostrando que el conocimiento sumerio de nuestro Sistema Solar era muy superior al nuestro.
 
La naturaleza física y aspecto de algunos de los planetas de nuestro Sistema Solar, así como su composición, como es el caso de Urano, Neptuno o Júpiter ya se mencionaban en las tablillas sumerias (ver referencias “El Génesis Revisado”).
 
Hechos asombrosos como el descubrimiento del ADN mitocondrial han demostrado que todos provenimos de una misma “Eva” primitiva.
 
El laboratorio genético en el que Enki y su hermana Ninki trabajaron en el diseño de un trabajador primitivo que pudiera reproducirse se situó en el Abzu (África Suboriental) que fue el territorio que Anu, padre de Enki y Enlil le concedió para el mandado a Enki en la Tierra, después de darle e Enlil el honor de ser “El Señor del Mandato” y gobernar en Eridú, ciudad donde se situó el primer Edén.

El Abzu es el territorio de África Sudoriental que corresponde a Kenia, Etiopía y Somalia. Los últimos hallazgos científicos sitúan al primer Homo Sapiens Sapiens en África, en la región de Etiopía, hace unos 200.000 años.
¿Contradice todo esto plenamente a los conocedores del Antiguo Testamento que defienden el origen histórico de los hechos que narra?.

No exactamente.

En realidad, los primeros interesados en conocer el contenido e información de las tablillas sumerias deberían ser los propios defensores de la Biblia (en particular el Antiguo Testamento) y de la idea de que ésta refleja hechos históricos, especialmente en su versión hebrea, menos manipulada por posteriores interpretaciones lingüísticas y religiosas.

El mismo Sitchin asegura que “un día” de la Biblia equivale a 1000 años y que al margen de este hecho particular, relacionado con la cuenta sumeria, y a tener en cuenta, los hechos mencionados en el Antiguo Testamento son literales y son reflejo de acontecimientos ya recogidos en crónicas y tablillas sumerias.

Un ejemplo de mala interpretación que ha dado origen a muchos problemas es que la Biblia Hebrea recoge la palabra “Elohim” o “Dioses” (es una palabra plural), algo que no se respeta en las posteriores versiones cristianas y que modifica completamente el sentido original.

¿Quiere todo esto decir que Dios o Creador del Todo no existe?.

En absoluto, quiere decir lo que quiere decir, que nosotros no somos fruto de la evolución homínida, sino de una inteligencia superior, superior a la nuestra, no a la de Dios Creador del Universo. Eso lo tenían claro, y así lo reflejan las propias tablillas, hasta los propios protagonistas de esta historia, los Anunnaki, que en muchas ocasiones se plantean si sus acciones serán del agrado de “Dios Creador de Todo”.

Por supuesto, lo que contradice plenamente el contenido de las tablillas sumerias es la naturaleza de la “autoría” de la obra en la Tierra o la naturaleza del “autor” o “autores”, tal y como la interpretan las tradiciones religiosas, es decir todo aquello que ha sido introducido en la mente religiosa a golpe de dogma de fe.

Uno de los pensamientos que me rondaron al leer esto es que, teniendo en cuenta esta crónica, nuestros orígenes iniciales, por lo tanto, son más Anunnaki que terrestres.

Si tenemos en cuenta que pocos sobrevivieron al Diluvio Universal y que sólo Ziusudra y su prole (Noé, hijo de Enki con una terrestre que a su vez se había creado de Anunnaki y bípeda homínida) entre muy pocos y contados pudo hacerlo, nos viene a decir, que el Padre Genético de toda la Humanidad es Enki, un ser Anunnaki de una inteligencia y capacidades extraordinarias (recomiendo leer los libros para darse cuenta de hasta dónde llegaban/llegan estas capacidades de Enki en particular y en general en la raza Anunnaki), y que nuestro componente de “mamífero bípedo” es menor desde el punto de vista de la composición genética.

La mitad de nuestra genética, a tenor de todo esto, es cien por cien Anunnaki y la otra mitad es Anunnaki en un porcentaje superior al cincuenta por ciento.

Sin embargo, es cierto que no somos ni el pálido reflejo de lo que fueron los primeros humanos creados que, si bien no habían heredado la longevidad Anunnaki, vivían, como bien atestigua el Antiguo Testamento cientos de años. Abraham vivió más de 900 años, sus hijos un poco menos y en cada generación el número de años hasta llegar a nuestros días ha sido menor.

¡Qué ironía que digamos a menudo que cada vez vivimos más años, gracias a los adelantos de la Ciencia!.

La duodécima tablilla habla de la designación, por parte de los líderes de la Misión Tierra, de tres regiones de civilización para la Humanidad.
La primera región e instalaciones espaciales eran tierras de Enlil. La primera civilización del hombre comienza en la Primera Región, Sumeria.
A Innana, nieta favorita de Anu, se le concede la tercera región, Valle del Indo.
Marduk se apodera de la Segunda Región, el Antiguo Egipto, depone a Ningishzidda (Thot) y se declara a sí mismo Ra, o dios supremo, dando inicio a una nueva religión, e inicia los reinados de los faraones.
¿Es entonces cuando comienza el reinado de la mentira en la Tierra con objeto de encerrar al humano creado en una concepción falsa de la realidad?

Sabemos que los misterios que atesoran las sociedades secretas de la masonería tienen su raíz en el Antiguo Egipto y la época de los faraones y es sencillo poder imaginar que la clave de los misterios se encuentra en lo que ellos saben y los demás desconocemos, nuestro origen y la realidad que sin embargo nos gritan los protagonistas de todo esto desde el pasado plasmado en las tablillas sumerias.

El Libro Perdido de Enki termina en sus últimas páginas con esta crónica:
“Babili, donde Marduk declaró la supremacía, se libró del Viento Maligno. Todas las tierras al sur de Babili fueron devoradas por el Viento Maligno; también alcanzó al corazón de la segunda región. (..) Enki le hizo considerar a Enlil el libramiento de Babili como un augurio divino.
“El libramiento de Babili confirma que Marduk ha sido destinado para la supremacía” , así le dijo Enki a Enlil.
Babili es por supuesto Babilonia, y la tablilla marca el final de la crónica que comienza con la era de la supremacía de Marduk, que no era el heredero designado inicialmente para la Tierra en Babilonia y en la Tierra, sino Ninurta, hijo de Enlil, pero que el destino (¿Hado o Destino? se preguntaban los propios protagonistas) quiso que fuera finalmente el Heredero de la Misión.

El Viento Maligno es la traducción sumeria de las también llamadas “armas del terror” que fueron empleadas hace miles de años, como resultado de las disputas entre dos bandos y las múltiples ambiciones de unos y otros, armas nucleares, ni más, ni menos.

Las tablillas sumerias que hablan de los dioses Anunnaki no son las únicas en mencionar el uso de armas nucleares en la antigüedad.

Una gran capa de cenizas radioactivas fue encontrada en Rajasthan, India en 1992, cubriendo un área de unos ocho kilómetros cuadrados, a 16 kilómetros al oeste de Jodhpur. La radiación es tan intensa que aún contamina la zona.

El Mahabharata describe con precisión un acontecimiento de este tipo:
“Un único proyectil cargado con todo el poder del Universo… Una columna incandescente de humo y llamas tan brillante como 10.000 soles se elevó en todo su esplendor… era un arma desconocida, un rayo de hierro, un gigantesco mensajero de muerte que redujo a cenizas a una raza entera”.
Marduk y su ciudad Babili, no se vieron afectadas por esta catástrofe nuclear lo que originó su designación como heredero de la Misión en la Tierra.

Muy probablemente la esposa de Lot no fue convertida en sal por el castigo de “Dios” al desobedecer su orden, sino que fue convertida en polvo como consecuencia de una explosión nuclear. El Libro de Enki refleja que más bien los “dioses” se lamentaron amargamente de la suerte que habían corrido las ciudades de la Tierra civilizada por las deflagraciones nucleares que nunca tuvieron que haber ocurrido.

De hecho, no fueron resultado de una decisión consciente o meditada, sino que se produjo un error de cálculo con unas armas que nunca debieron haberse encontrado en la Tierra y que estaban aquí como consecuencia del mismo origen de la Misión en la Tierra.

Durante cientos de miles de años estuvieron escondidas para que no fueran usadas, y como puede imaginarse, quien lo hizo finalmente no era plenamente consciente de los efectos que aquello iba a acarrear.

Cuando vemos a algunos líderes mundiales, asociados a altos grados de la masonería y las sociedades secretas, rezar ante el Antiguo Testamento nos preguntamos qué es lo que realmente les cruza por la mente.
¿Son éstos ajenos a todo esto que relatan las tablillas sumerias?
¿Se trata sólo de hipocresía o están elevando oraciones en honor a seres inteligentes que han marcado nuestro pasado y presente hasta un punto difícil de asumir, pero que no son El Dios Creador de Todo, y cuya historia recoge en parte de el Antiguo Testamento y cuya clave de lectura tienen aquellos que conocen los misterios?
¿Son estos, parte de los secretos que desvelan determinados niveles y ritos de la masonería?
Algunas reflexiones personales:
Si la datación y el origen sumerio de las tablillas sumerias es incontestable
Si ninguna autoridad científica, versada en idiomas de la antigüedad ha contradicho jamás una coma de las traducciones de Sitchin
Si jamás se ha negado el origen milenario de las tablillas sumerias, que hoy están expuestas en algunos prestigiosos museos del mundo
Dado que multitud de hechos que narran las tablillas han sido posteriormente verificados y encontrados correctos por nuestros conocimientos científicos

¿Acaso no estamos obligados a considerar esta visión sobre nuestro origen y el pasado de la Tierra?
La dificultad para asumirlos en su totalidad ciertamente es inmensa, en particular el hecho de asumir que podríamos ser producto de la manipulación genética por parte de seres más inteligentes, y diseñados “a imagen y semejanza” de seres superiores en inteligencia, desarrollo tecnológico y civilización y con conocimiento profundo de la genética y la naturaleza.

Si tenemos en cuenta la capacidad que tenemos de modificar nuestra propia genética con nuestro pensamiento o campo informático a nuestro alrededor, y el hecho de que, como consecuencia, se produzca una selectiva impresión de nuestros genes a partir de nuestras propias creencias, me atrevo a concluir que la humanidad está “atrayendo” o “expresando” su parte más homínida en detrimento de otras menos animales y más interesantes en cuanto al potencial de creación y creatividad innatas, y que sin embargo están presentes en nuestros genes desde el comienzo de la humanidad, ya que nada se crea ni se destruye, solamente se transforma, de manera que ese potencial inconmensurable está ahí.

¿No es este también el objetivo de Matrix?.

Por otro lado, ¿resulta todo esto más difícil de asumir que el hecho de que somos producto de una evolución de seres homínidos con los que aun compartimos espacio en la Tierra, incapaces de hablar o de destreza digital, por simpáticos y “monos” que nos parezcan?.

Todo depende del cristal con que se mire.

Pero estamos en el momento exacto en que merece la pena que consideremos todo esto para nuestro bien ya que el conocimiento ha sido desvelado y está a nuestro alcance. No podemos seguir ignorándolo.

Incluso si asumimos todo esto, me parece evidente que tampoco esta verdad refleja Toda la Verdad, sino que estos hechos históricos se enmarcan en otra Verdad de una dimensión aun superior.

Como dice B. Marciniak en “Mensajeros del Alba”:
“Los planificadores originales de la Tierra pertenecían a la Familia de la Luz (que es información) y decidieron que la Tierra fuese una biblioteca cósmica. Civilizaciones nacieron en la Tierra hace 500.000 años y yacen bajos los hielos de la Antártica.

Ciertos dioses creadores (en clara referencia a los Anunnaki) llegaron para apoderarse de esta biblioteca viviente hace 300.000 años, hubo lucha y ganaron.

Estos nuevos dueños no querían que la especie humana tuviera acceso a la información. La humanidad es un experimento.

Fue diseñada como casi todo lo que existe en la Creación. El Creador hizo brotar de sí energías, a quienes dotó de los mismos dones que poseía. Estas energías, que llamaremos ‘dioses’, empezaron a probar sus dones.

Estos nuevos dueños eran conocedores de la ingeniería genética, y sabían que la conciencia existe en todas las cosas, así que ajustaron las energías electromagnéticas de la conciencia para que vibrara a cierta frecuencia. Los nuevos dueños se nutrían del temor y del caos.

Reestructuraron el ADN para que el hombre funcionara dentro de una escala limitada; el ser humano original tenía doce filamentos, contribución de doce civilizaciones, estos nuevos dueños lo redujeron a dos.

Se rodeó al planeta de un cerco desde el cual se controlaba la frecuencia de los humanos para ser modificados. Este cerco impedía que la Luz llegara como antes.

Y cuando lograban pasar la barrera no había respuesta en la Tierra, pues los humanos estaban desconectados. La mayor tiranía en una sociedad no es el control por la ley marcial, sino la manipulación psicológica de la conciencia, de manera que los que viven dentro de esa realidad ni se dan cuenta que están prisioneros.

Ni saben que existe otra cosa fuera de ellos.

“Controlados como ovejas en el redil por quienes se sienten nuestros dueños, desde el gobierno y el establecimiento de los que están en el espacio.”


Los dioses en SAQQARA



Tras el reinado de Menes, legendario fundador de Memphis, las dos siguientes dinastías (la II y la III) continúan su obra. Egipto se reafirma entonces como un país sólido en constante crecimiento. La nación pasa a contar con una capital y con una administración y la institución real se fortalece. Cuando Zóser llega al poder, se inicia el Antiguo Imperio, allá por el siglo XXVII a.C. Zóser (Djoser) significa en lengua egipcia “el prestigioso, el admirable, el sagrado”. Manetón le llama Tosorthos y precisa que con él se inicia la III Dinastía. Durante este periodo se le nombra con el patronímico de Neterierjet (que significa más divino que el cuerpo de los dioses).

Se sabe que Zóser reinó en un país unificado dual formado por el Alto y el Bajo Egipto. Debió ser un rey autoritario pero justo, tanto que se le rindió homenaje y dejó fama de hombre sabio y competente. Escribió libros didácticos para indicar a los futuros faraones la actitud justa a seguir ante dioses y hombres. Parece ser que durante su reinado se enfrentó a un grave periodo de hambre, según explica una estela de la época de los ptolomeos. Es la Estela de Famine o “Del Hambre”, descubierta en 1889 por Charles Wilbour al sur de la isla de Sehel, en la región de Elefantina, en Aswan (Assuán). La estela cuenta cómo una profunda tristeza afligía a Zóser. Una sequía de siete años impedía que el Nilo se desbordara y las tierras permanecían secas. El rey comprendió que Jnum debía estar enfadado, por lo que ordenó que se realizasen purificaciones, procesiones en su honor, ofrendas de pan, cerveza y animales. Fue entonces cuando se produjo el sueño que narra la estela. El dios Jnum se le apareció para decirle que si seguía rindiéndole homenaje la inundación bianual se produciría de nuevo. Cuando despertó del sueño, el faraón redactó un decreto a favor de Jnum, le hizo una ofrenda que comprendía la región entre Aswan y Tacompso (el Dodecasceno, según los griegos), y el milagro se produjo. Volvió la abundancia y cesó la hambruna.


 El enigmático Imhotep

Imhotep era hijo de Kanefer, quien ostentaba el título de jefe de las obras del país del sur Y del norte, es decir, maestro de obras del reino con talleres en Menphis. “lmhotep” significa, en antiguo egipcio, “el que llega en paz”, y no sólo pasó a la historia como el gran arquitecto que construyó el complejo de Zóser en Saqqara, sino también por ser mago, médico, astrólogo, escritor y filósofo. Poseía además altos cargos administrativos en la corte de su rey, Zóser. Sus títulos aparecen en una solemne inscripción sobre el zócalo de una estatua de Zóser: “Canciller del rey en el Bajo Egipto, Primero después del Rey, Administrador del Gran Palacio, Noble Heredero, Gran Sacerdote de Heliópolis, Carpintero, Escultor y Fabricante de vasijas de piedra”. Otros documentos le atribuyen cargos como “Jefe de la justicia, Superintendente de los archivos reales, Vigilante de lo que aportan el cielo y la tierra del Nilo, Vigilante de todo el país, Jefe de los magos, y Portador de las fórmulas que hacen eficaces los ritos”.

Por ser sumo sacerdote de Heliópolis, “Ur mau”, que se traduce como “el que ve al grande” o “el mayor de los videntes”, su obra arquitectónica no sólo tuvo finalidad estética. Tras su muerte fue honrado durante mucho tiempo como patrono de los escribas y escritores, quienes - al empezar a dibujar jeroglíficos - vertían unas gotas de agua en honor de la memoria de su ilustre antepasado, Imhotep.

En tiempos de la Dinastía XXVI se confeccionaron estatuillas de bronce con su figura, sentado, con un rollo de papiro sobre las rodillas, la cabeza rapada y vestido con traje largo. Los faraones instauraron un cuerpo especial de sacerdotes, pues le tenían como un hijo del dios Ptah, patrono de los artesanos, y de la diosa Sekmet. Con ello llegó a tener la más alta consideración, la concedida a un verdadero hijo de dios, y fue venerado hasta el final de la cultura faraónica.

En tiempos de la dominación de Darío el Persa, los egipcios honraron la memoria del Imhotep arquitecto y le atribuyeron el diseño del plano del inmenso templo de Edfú, en el Alto Egipto.

Son numerosos los templos y santuarios en su honor. Destacan los de Karnac, Deir el Bahari, Deir el Medinah y Philae. Durante las últimas dinastías egipcias, bajo la influencia helénica, los griegos identificaron a Imhotep con su propio dios de la medicina (Asclepios, conocido también con el nombre de Esculapio). Los santuarios de Imhotep fueron considerados como un Asclepeion, un sanatorio donde no faltaron las curaciones milagrosas. La gloria de Imhotep no acabó con el fin de la cultura faraónica, pues su nombre puede leerse en todos los escritos herméticos y en los tratados de las llamadas ciencias ocultas. Él, el gran mago, fue el precursor de los alquimistas. Zósimo de Panópolis, el primer alquimista egipcio reconocido documentalmente, redactó un libro dedicado a Imhotep.


El complejo monumental del enigmático Zóser

El emplazamiento de Saqqara fue dado a conocer en Occidente en 1821 por un general prusiano, Von Minutoli. El ingeniero S. Perring empezó las exploraciones en 1837. El arqueólogo alemán Richard Lepsius realizó una primera exploración sistemática entre 1842 y 1843, y el francés Augusto Mariette descubrió el Serapeum en 1851. El conjunto de Zóser empezó a despejarse de arena en las campañas de 1924 hasta 1927, llevadas a cabo por Cecil M. Firth. El arqueólogo francés Jean-Philippe Lauer empezó a trabajar en Saqqara en 1926, labor que prosigue en nuestros días.

El recinto ocupa 15 hectáreas. La muralla que lo rodeaba medía más de 1.500 metros de longitud y 11 metros de altura, con una única entrada al este. A través de ella se penetra hoy en el espacio cubierto de columnas más antiguo que se conoce en toda la Tierra. Mide 54 metros de largo y está bordeado por 40 columnas. De allí se sale a la gran explanada del lado sur de la pirámide. En el ángulo sudoeste hay una pared rematada con un friso de cobras (“uraei”, que tenían la misión de alejar las fuerzas nocivas).

El patio del Heb-Sed ocupa la zona este del recinto. Allí se efectuaba una ceremonia muy especial. Como Osiris había reinado durante 30 días en Egipto, los faraones creyeron que reinar más de 30 años ofendería a los dioses y se sometían a un ritual de rejuvenecimiento: el rey moría y volvía a nacer de nuevo, con energías renovadas ante un nuevo reinado. Las representaciones muestran al faraón corriendo, saltando, luchando, con claras muestras de juventud y virilidad para demostrar al pueblo que era aún apto para seguir reinando. El patio de la fiesta del Heb-Sed de Saqqara es el mejor conservado de los que se conocen. Al norte de la pirámide se encuentra su entrada original, que se interna bajo la pirámide hacia las profundidades. En esta explanada se adivina el templo anexo. A un lado se encuentra el denominado Sirdab, una cámara que contiene una estatua de Zóser. En la actualidad, un molde reemplaza al original, que se conserva en el museo de El Cairo. Los ojos de cristal de roca, que estaban engarzados en alvéolos de cobre, han desaparecido.


La pirámide escalonada

La pirámide escalonada domina todo el conjunto desde su centro. Fue la primera que se construyó y, probablemente, la única pirámide escalonada que se concluyó. Es absolutamente maciza, colocada justo encima de los pasadizos y cámaras excavados en el suelo. Su núcleo fue una mastaba con una base casi cuadrada (62 m de lado) por encima de un pozo principal del que surgen corredores hacia diversas cámaras.

Cuando el arqueólogo Jean Philippe Lauer, a 28 metros de profundidad, perturbó por primera vez el silencio de esos lugares, descubrió una verdadera ciudad-laberinto de complicada distribución, formada por la tumba del rey, sus dependencias, la tumba de las reinas y de los niños reales, galerías, pasillos y habitaciones de diversos tamaños. En unas cámaras se encontraron dos sarcófagos de alabastro, uno de los cuales contenía los restos mortales de un niño. Otras cámaras se encontraron repletas de vasijas de piedra. Se cuentan, al menos, 40.000 de alabastro, pizarra, diorita, dolerita, granito... Varias tenían grabado el nombre de faraones de la l y II dinastías y de otros personajes importantes. Una vasija destaca especialmente, pues ofrece una de las claves del conjunto: servía de soporte a un texto que desea a Zóser “un millón de fiestas del Sed” (que su reinado se renueve eternamente).

La momia de Zóser no se halló en el descubrimiento, aunque sí pudo rescatarse uno de sus pies. Las estelas describían al rey efectuando actos rituales, corriendo, mostrando su potente musculatura, con el flagellum (distintivo de gobierno) en una mano y el mekes (estuche que contenía el “testamento" por el que los dioses legan al faraón la tierra de Egipto) en la otra. Posteriormente, buscando el mismo propósito, algunos reyes se contentaron con esculpir algunos bajorrelieves de la famosa fiesta. En Saqqara la fiesta del Heb Sed cobró su plena significación. Para la arqueología no existe la menor duda de que el recinto piramidal de Zóser fue un monumento funerario. La pirámide se realizó a partir de las clásicas mastabas, a las que añadieron encima otras de menor tamaño hasta conseguir una forma piramidal, con seis mastabas superpuestas. Para ello, el proyecto inicial se fue modificando, ampliando la base de la primera mastaba varias veces hasta conseguir el resultado final. Las galerías interiores de la pirámide también parecen haber surgido al albedrío de impulsos aislados, sin aparente conexión con una idea original preestablecida.

De Zóser, de Imhotep y del complejo de Saqqara se ha escrito mucho - siempre lo mismo-, fruto de las conjeturas de varios “padres” de la egiptología que, en base a débiles argumentos, han dibujado a su medida unos acontecimientos históricos más cercanos a la novela que a la arqueología. Porque en Egipto resulta una constante que los descubrimientos avalen las teorías, cuando debiera ser justo lo contrario: que las teorías surjan de los descubrimientos. Por ejemplo, griegos y romanos coincidieron en llamar tumbas a las pirámides y tal idea ha prevalecido pese a que jamás se haya encontrado resto alguno de los faraones en ninguno de estos monumentos. Siempre surge el caso de Zóser frente a esta polémica, pues se afirma que el descubridor de la “tumba”, lean Philippe Lauer, encontró uno de sus pies.

Pues bien, en una entrevista personal, el propio Lauer me manifestó que la cosa alargada y negra que catalogó como un pie ni sabía lo que era ni sabía de quién era, aunque en su libro Saqqarah, une vie, afirma que “el pie de Zóser y las momias de la V y la VI dinastías que se han podido encontrar en Giza y en Saqqara corresponden a falsas momias”. Debemos admitir, por tanto, que el enterramiento era ritual y no físico.

Se cree que la ausencia de cadáveres de faraones en las pirámides se debe a que los violadores de tumbas las saquearon todas. Falso. Los arqueólogos han logrado llegar al interior de varias pirámides que conservaban los sellos intactos, como la pirámide de Sekhemkhet, descubierta por Zakaria Goneim en 1956. El presidente egipcio Nasser acudió el día en que se iba a retirar la tapa del sarcófago. Quedó tan desconcertado como todos los presentes: ¡el sarcófago estaba vacío!


Terapias reales de rejuvenecimiento

Según los últimos descubrimientos, lejos de ser tumbas, las pirámides bien podrían representar la vida. El faraón demostraba así a su pueblo que era todavía joven para seguir gobernando. Pero esta interpretación que suele aplicarse a la fiesta del Heb-Sed, o del jubileo, o del rejuvenecimiento, no sólo no convence sino que puede ser rebatida con argumentos mucho más sólidos. Hay que preguntarse por qué un faraón, de la estirpe directa de los dioses, poder religioso, militar, económico y jurídico, debía demostrar a nadie que podía seguir gobernando, y menos en un recinto que se ocultaba tras una tapia de 11 metros de altura. Pero los documentos que se tienen de esta fiesta, analizados de otra forma, nos indican que las ceremonias duraban meses, el faraón se introducía en su totalidad en un sarcófago relleno de un líquido por espacio de tres días, que mediante la administración de ciertas drogas volvía a respirar rejuvenecido y que todo o este ritual físico iba acompañado de profundos estados de conciencia o de meditación.

Análisis realizados en laboratorio han demostrado que el tiempo que tarda en producirse cualquier decantación o precipitación coloidal (separación en un líquido de sus dos componentes: en la leche sería la nata y el agua) se multiplica hasta diez veces si el experimento se realiza en el interior de un objeto de forma piramidal. Si la medicina afirma que gran parte del envejecimiento se produce por la precipitación de los coloides de la sangre sobre venas y arterias, dentro de una forma piramidal retardaríamos nuestro envejecimiento, lo que nos sitúa a un paso de las técnicas para el rejuvenecimiento usadas en el Antiguo Egipto. Éste es un paso que aún no hemos logrado dar, pero que verificaría las ceremonias del Heb-Sed y el significado tanto de los supuestos sarcófagos como de la propia pirámide.

Y también entenderíamos el enigmático título de Imhotep de ]efe de los Magos, portador de las fórmulas que hacen eficaces los ritos.


Desarrollo científico

El dios Esculapio fue la encarnación de Imhotep en la Grecia antigua, e incluso adoptó su emblema: una serpiente enroscada sobre un bastón, que se convirtió con el paso del tiempo en el símbolo de la medicina occidental. Curiosamente, la representación de la molécula de ADN (ácido intracelular de los seres vivos que contiene el código genético) corresponde exactamente con esa espiral que ya ostentaba Imhotep como tarjeta de visita.

Otro de los titulos de Imhotep era El que ve al grande o El mayor de los videntes. Y resulta chocante que este título también tenga un significado especial. Ya hemos visto la historia de la hambruna narrada en la Estela de Famine; pero ésta cuenta muchas otras cosas, como que el faraón Zóser tuvo un sueño en el que el dios Jnum se aparece a Imhotep y le da, ni más ni menos, la fórmula para hacer piedras ablandadas con las que construir templos y pirámides. Pues bien, el doctor Joseph Davidovits, catedrático y director del Instituto de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Barry (Florida), profesor de la Universidad de Toronto y colaborador del Instituto Geopolimérico de París, ha logrado -mediante la fotografía microscópica- descubrir pelos, trozos de uñas y fibras textiles en el interior de bloques de piedra procedentes de la Gran Pirámide, que supuestamente provenían del Eoceno, en la Era Secundaria. Ha conseguido además reblandecer rocas calizas aunque, por el desconocimiento de la traducción exacta de parte de los jeroglíficos, no ha conseguido aún que volvieran a su estado de dureza inicial. Cabe preguntarse qué otros conocimientos se manejaron en aquella época. Hemos considerado la biología, la medicina, la geología y ahora, por qué no, la aeronáutica. Pero... vayamos por partes.


Tecnologías del futuro

Existe un lugar enigmático por naturaleza al que llaman el Serapeum, palabra griega que se refiere al lugar de culto del buey Apis. Es un lugar sobrecogedor.  En pleno desierto libio, en el mismo lugar donde se encuentra Saqqara, un corredor conduce al visitante hasta una gran bóveda subterránea desde donde nacen dos galerías. La principal recorre cerca de 200 metros, en la más absoluta oscuridad. El sonido de los pasos rasga un ambiente de hechizo y la ilusión que se tiene es que se ha entrado a otro mundo. Similares debieron ser las impresiones del arqueólogo Mariette, padre de la egiptología, cuando hizo este hallazgo en 1851. Y claro, sarcófagos de 60 toneladas sólo podían corresponder a.... ¡bueyes!

Tal presunción suya ha prosperado, pese a que en ninguno de los 24 sarcófagos que encontró hubiera restos de tales animales. Fue descorriendo una por una las tapas que los cerraban, cada una de 15 toneladas de peso, que incluso estaban adheridas con pegamento; pero su interior estaba vacío. Allí quedan las muestras de tan infructuosa búsqueda, e incluso de los restos de uno de los sarcófagos, el que más trabajo costó abrir sólo mostró su interior después de suministrarle una buena dosis de ¡dinamita! Cuenta Mariette que tras la explosión, el polvo se introdujo hacia el interior del sarcófago: ¿es éste un indicio de que el sarcófago fue cerrado al vacío?

De los 24 sarcófagos sólo tres tienen algún tipo de escritura. Una mano temblorosa, lejos de la perfección que ofreció la industria egipcia, garabateó con un punzón un texto en uno de los tanques. Todo el conjunto se ha datado como realizado en la época de los ptolomeos. Otro asunto archivado. Pero la arqueología, tan disociada en Egipto de la técnica, ha impuesto su discutible criterio sobre cómo se edificaron las pirámides, cómo se transporta un bloque de 2.000 toneladas o cómo se taladra la diorita, pero no se ha fijado en la firma que dejaron en la piedra los verdaderos constructores del Serapeum. Cada uno de los sarcófagos presenta unas muescas realizadas, indiscutiblemente, con máquinas; están situadas en lugares estratégicos en cada uno de ellos para cumplir una misión insospechada.

En cualquier taller de rectificados de motor emplean la misma técnica. Toda cosa que ruede alrededor de un eje necesita un equilibrio. En el caso de las ruedas de los coches se añade un trozo de plomo donde tiene la carencia y con ello se soluciona el problema. Pero en el caso de los cigüeñales o de las bielas, en lugar de incrementar peso en la parte más liviana lo que se hace es una perforación en la parte más pesada, rebajándose el peso y equilibrando el conjunto, exactamente igual que en los sarcófagos del Serapeum. Increíble. No podemos imaginarnos a los tanques de 75 toneladas girando, aunque sí vibrando, porque en los coches estas perforaciones también se pueden hacer en el bloque del motor para evitar precisamente, la vibración inoportuna.

Se ha hablado mucho de la energía piramidal. Numerosos estudios indican, aún sin lograr comprenderla, que tal fuerza se produce. Cualquier técnico en electricidad nos diría que él jamás ha creado una fuente de energía sin preocuparse de cómo conservarla y administrarla convenientemente. Es posible que en el Serapeum se almacenara la energía piramidal y desde allí se canalizase con una técnica y propósitos desconocidos.


La hipótesis extraordinaria

Los que han tenido la ocasión de visitar el interior de la pirámide de Zóser han vivido la experiencia sobrecogedora de asomarnos al enorme pozo central. La primera impresión es que la pirámide escalonada se hizo encima de uno de los misteriosos pozos que cruzan Egipto, idea enfrentada a la oficialista, que indica que la construcción del monumento se realizó junto a las perforaciones. Indudablemente, el pozo era muy anterior a la pirámide. Arquitectónicamente hablando es una aberración construir un pozo de 9xl2 metros de sección y 28 de profundidad, y hacer gravitar luego sobre él toda una superestructura de bloques de piedra. El andamiaje de madera que soporta la bóveda hace inestable el monumento, con graves problemas de resistencia. Existen en Saqqara otros 2 pozos de este calibre perfectamente visibles. Uno de ellos se encuentra dentro del propio recinto de Zóser, situado en su lado sur. El otro se encuentra fuera, cerca de la pirámide de Unas. Y debe haber muchos más escondidos en el desierto.

En la meseta de Giza, el Pozo de Campbell mantiene las mismas medidas: en 100 metros cuadrados de meseta se han excavado 30 metros de profundidad. La bibliografía sobre estos gigantescos pozos es prácticamente nula y lo poco que se puede encontrar sólo logra confundirnos. La fecha de su construcción varía, según cada texto, desde las primeras dinastías hasta el periodo ptolemaico y la identidad de los constructores es un auténtico misterio. ¿Y qué decir de su tamaño? porque para bajar un sarcófago no hace falta hacer pozos tan grandes. Encontré una desafortunada respuesta en otro libro de la Biblioteca del Museo de El Cairo: “En muchas de las tumbas saqqarianas del periodo de la Dinastía XXVI se construyó una cámara sepulcral bajo un pozo ancho y profundo que, posteriormente, se rellenaba de arena. Remover esa enorme cantidad de material inestable suponía a los saqueadores de tumbas dificultades técnicas mucho mayores que el romper o sortear la piedra de los periodos anteriores”. El que escribió esto no se ha planteado lo que cuesta picar, sacar y transportar 3.000 metros cúbicos de roca para luego acarrear 3.000 metros cúbicos de arena y rellenar el agujero.



Un laberinto bajo tierra

La explicación arqueológica del pozo situado en el recinto de Zóser es que si el pozo de la pirámide corresponde a la tumba norte correspondiente al Bajo Egipto, el otro corresponde a la tumba del Alto Egipto. Efectivamente, todos los faraones del Imperio Antiguo se hicieron construir dos tumbas, una en la zona de Memphis y otra en la de Abydos, correspondientes al norte y al sur.

En el caso de Zóser se ha encontrado su tumba en Abydos, con su nombre perfectamente escrito, lo que anula la suposición de este pozo como simbólica tumba del sur. La idea de que los pozos existían antes de la construcción del complejo de Zóser viene también avalada por la existencia de todo el laberinto de galerías y cámaras que parten desde el pozo de la pirámide. En primer lugar, el maestro de obras de Zóser se equivocó en sus cálculos. Inició en la explanada del norte, fuera de la pirámide, un canal descendente para alcanzar la base del pozo, pero desembocó a media altura. Desde dicho canal tuvo que hacer otro, con mayor inclinación, para llegar a la base. Todos los corredores no están al mismo nivel y, al ser excavados, algunos dieron con otros ya construidos, cruzándose entre sí.

El arqueólogo Lauer pudo llegar hasta algunas cámaras perforando varias paredes, ya que su acceso natural era desde el exterior, a 32 metros de altura, por la boca de otros pozos que quedaron tapados al construir la pirámide. Por tanto, los 40.000 objetos encontrados por Lauer no correspondían todos a Zóser, pues no pudo tener acceso a ellos. Se dice que el faraón honró a sus antecesores poniendo sus nombres en vasos, platos y jarras de piedra, cuando lo cierto es que fueron sus predecesores quienes dejaron sus ofrendas, confundiéndose todas tras el desplome de varias galerías y los trabajos de Lauer.


Los dioses que despegaron

Si Zóser construyó el patio del Heb-Sed, el recinto, las casas del norte y del sur y la pirámide, algo debía existir allí que hizo que reyes anteriores celebraran sus rituales. Y no se me ocurre otra cosa que los pozos, que ya existían con anterioridad a Imhotep.

Pero el asunto se aclara, o se enreda, según se mire, cuando buceamos en la religión de aquellos antiguos egipcios. En un jeroglífico sobre grafito de la XVIII Dinastía podemos leer: “El amanuense Ahmose, hijo de Yeptah, llegó a ver el templo de Zóser. Le pareció que el cielo estaba dentro, alzándose en él Ra”. Bien es cierto que muchos arqueólogos han querido ver en la pirámide escalonada una escalera que sube al cielo, pero también es posible que la figura no sea tan literaria y que guarde entrelíneas algo más concreto.

El sirdab (o serdab) es el lugar destinado en las tumbas para el doble del faraón. En todas las tumbas y pirámides de Egipto tiene la misma forma: una silueta de puerta donde se expone la figura del difunto, todos ellos similares menos el que encontramos en Saqqara, único en su naturaleza y, quién sabe, en su significado. Es una cápsula hermética, con dos ventanucos a derecha e izquierda y en su interior la estatua de Zóser. Todo está igual que hace 5.000 años, menos los ojos de la estatua, que le fueron arrancados, seguramente por ser piedras preciosas. Lo increíble es que esta cápsula no está posicionada verticalmente, sino con una inclinación de 16 grados, los mismos que tendría la pendiente virtual de la pirámide escalonada. ¿Casualidad?

Saqqara debe su nombre al dios Sokar, un dios de oscuro origen, patrón de los herreros, siendo el encargado de fabricar los huesos, el armazón, del rey. Él guardaba la puerta del Mundo Subterráneo, (pozo), y habitaba en una gruta secreta, denominada Imhet o “La Puerta de los Caminos”, situada en lo más profundo de este mundo (subsuelo). Sokar tiene como reino las arenas del desierto, que representan un área del Más Allá.

La barca del dios solar que navega por el río subterráneo al llegar a este punto tendrá que transformarse en serpiente para poder seguir avanzando. Sokar lleva por ello el epíteto de “El que está sobre su Areno en lo quinto horo de lo Duot, El Selior de la Misión Misterioso, El Gran Dios con los Alas Abiertos”, relacionado con su función y su cueva del Más Allá.


¿Depósitos de misiles?

Su iconografía es la de un hombre con cabeza de halcón. En los textos más antiguos, Sokar parece haber sido un gavilán que más tarde es sustituido por un halcón, para asemejarle a Horus. Uno de los símbolos más representativos del dios es una barca extraña y arcaica, llamada Henu, guardada por genios, que contenía la imagen momiforme del dios. Dicha barca tenía una gran cabina abovedada y numerosos remos. Las figuras de este dios solían presentarse sobre una base en la que se guardaba un papiro que recogía fragmentos del libro de los Muertos. En Saqqara y, por supuesto, en todo Egipto, encontramos una gran cantidad de enigmas sin respuesta: un dios del subsuelo, Sokar, El Selior de lo Misión Misterioso, con una barca que tiene una cabina abovedada y cuya representación era un ser volador, el gavilán, anterior al propio Horus; un sacerdote, Imhotep El mayor de los Videntes, Portador de los fórmulas que hacen posibles los ritos, con revelaciones divinas sorprendentes y poseedor de muchas cartas que “caen” del cielo; un patio del Heb-Sed que fue testigo de curaciones milagrosas; unos pozos de origen desconocido que nos hacen recordar las instalaciones subterráneas de lanzamiento de misiles intercontinentales del siglo XX; un serdab con forma de cápsula, único en Egipto; el Serapeum, sarcófagos de los que no sabemos ni su origen ni su finalidad, colocados en batería; una pirámide, la primera de Egipto, en la que “el cielo estaba dentro y desde donde Ra se alzaba”; rastros de contactos con los dioses en las azoteas de los templos, en papiros y en El Libro de los Muertos, que describe un viaje extraterrestre hacia “los orígenes” y, sobre todo, representaciones de una extraña barca solar alada, que no era el Sol, y una técnica anacrónica y desconcertante no superada por la tecnología de la era espacial... Por supuesto, tenemos mucha imaginación, pero con menos datos se han escrito muchas historias de Egipto, incluso las oficiales.

Algún día - o tal vez nunca- sabremos lo que realmente ocurrió en el Antiguo Egipto; o lo que hicieron aquéllos a quienes los egipcios recordaban y adoraban. Los textos de las pirámides empiezan con esta fórmula: Oh rey, tú no te has ido muerto, te has ido vivo”. Quizás aquí esté la respuesta a tanta tumba vacía.